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viernes, 18 de abril de 2014

CINEMATÓGRAFOS Y OLÉ



Tengo algo que confesar. No estoy orgullosa pero tampoco me arrepiento. A ver cómo lo digo… Mira, a bocajarro. He ido al cine a ver una peli española. Y eso no es todo. Además me he reído. Sí, esa, esa, la de los apellidos vascos. Mi primo, una persona excelente y sin embargo amante del cine español, quería verla, y yo, que soy una blanda…, pues que en esas me vi.

A ver, yo estoy acostumbrada a ir al cine a la sesión de las 4 entre semana. Calculad. 3, 4 personas contándome a mí. No, de hecho la última vez estuve totalmente sola. Nunca me había pasado. Era como el cine en casa pero fuera de casa. Y pagando. Y sin poder parar la peli para hacer un pis. Vale, no era como el cine en casa.

A lo que voy. Que el día de los ocho apellidos, sola, lo que se dice sola, no estaba. ¿Habéis visto esa película? ¿La habéis visto un sábado por la noche? Os hacéis una idea, ¿no? Pues pa qué os voy a contar más. Bueno, sí, os cuento algo. Os cuento que, antes de que empezara la peli, además de pensar en cambiarme de sala para ver la del Capitán América, me dio por acordarme de los acomodadores. Pensaba en eso y en qué malas estaban las palomitas. Y en elefantes.

¿En qué momento desaparecieron los acomodadores y sus linternas de los cines? Ahora, si llegas cuando ya han apagado las luces, lo primero que tienes que saber es que la pantalla no ilumina un pijo. ¿Qué te queda? Las lucecitas que ponen en los escalones. Y una luciérnaga sin culo ilumina bastante más. No puedes usar el móvil como linterna, porque en una mano llevas las palomitas y en la otra la fanta. Sólo te queda una salida: el elefante.

Las escaleras que hay en los cines (escalones bajos y muy, muy anchos) pueden subirse de dos formas: tipo anciana con bastón y tipo elefante. El tipo anciana con bastón no lo recomiendo si no quieres A) parecer imbécil, o B) tardar tres cuartos de hora en llegar a tu asiento. El tipo elefante es igual de ridículo pero mucho más rápido. Y con suerte nadie se va a fijar en tus zancadas. Nadie salvo yo, claro. El otro día. Mientras me daba por pensar en una fila de elefantes por la sabana. Y entonces empezó la peli. Y durante hora y media dejé de pensar. Que es exactamente para lo que voy yo al cine. Misión cumplida





martes, 8 de abril de 2014

SPRING, SPRING, SPRING



Mi cuerpo aún está decidiendo si para la primavera le da por florecer o por coger una astenia de tres pares de narices. Me gustaría echarle una mano con la decisión, pero el tío se me ha rebelado y va a su puñetera bola. Comprenderéis que no podemos enemistarnos porque todavía aspiro a vivir de él algún día.

Yo no digo ni mú, pero le voy a meter unas imágenes nada subliminales. Ea