NEGREROS

Cuando trabajar, a no ser que fueras Blancanieves, podía ser una lata. En A Hard Day´s Night, el fulano dice que trabaja todo el día como un perro. Lo mismo que muchos españoles, cuyos empleadores se aprovechan de su situación de necesidad y los tienen trabajando más horas de las pactadas, incluso más horas de las humanamente permitidas y por una mierda de sueldo. Porque si no les gusta, les enseñan la puerta y se ponen chulos diciendo que tienen doscientas personas esperando por ese puesto. Y lo peor es que es verdad. ¿Hay que aguantar lo que nos echen y agachar la cabeza? Porque no,del orgullo no se come. Así que lo que toca es comerse el orgullo. ¿O no?

DEMASIADO JÓVENES PARA SER VIEJOS

En pelis como El sexto sentido o Los otros, los protagonistas son muertos que no saben que están muertos. Algo parecido nos pasa a muchos; somos viejos que no sabemos que lo somos. Sabemos que nos vamos haciendo mayores, sí, pero no nos damos cuenta de hasta qué punto; nos vemos a nosotros mismos más jóvenes de lo que realmente somos.

Hay indicios, señales, que nos van avisando. Te llaman señora, te das cuenta de que hace 20 años ya podías votar, y para colmo te dicen que 20 años no es nada, te duelen las mismas partes del cuerpo que a tu madre, te cuesta cada vez más adelgazar, tienes poquísimas posibilidades de quedarte embarazada, empiezas muchas frases con “en mi época…”, y no te necesitan para nada en Alemania.

También es verdad que quien no se consuela es porque no quiere. Somos demasiado jóvenes para hacer viajes del Imserso, para salir en un anuncio de dentadura postiza, para que nos dejen abandonados en una gasolinera, para que nos cedan el asiento en el autobús o para que ya no nos hagan ningún efecto las cremas antiedad.

Así que, podemos consolarnos con estas verdades tan poco estimulantes, o podemos empezar a ser conscientes de nuestra edad, no vaya a ser que nos pase como a aquella amiga de la familia que se lamentaba de que andaba como una vieja de 80 años. Y tenía 91

EMPIEZA EL DÍA CON ALEGRÍA

Youtube no me deja poner los vídeos que quiero, llevo casi una hora y no tengo el chichi para farolillos. ¿Este tampoco? ¿Pero aquí qué pasa? Todos los hados, hadas y hasta Hades están hoy conjurados contra mí. ¿La séptima opción? Podía ser peor. No, no me he metido en ninguna secta ni me he fumado nada. Venga, follow the day and reach for the sun. O lo que podáis

TRES TRISTES TIGRES

Una vez me dijeron que tenía cara de fallera mayor, y aún estoy tratando de descubrir si eso es bueno o malo (dato irrelevante)

¿Por qué la policía pasa de las normas de circulación, cuando no hay ninguna urgencia? ¿No debería dar ejemplo? (reflexión simplona)

Si quieres que tus manos estén súper suaves, mójalas, ponte una cucharada de azúcar encima de cada mano y frota, como si te las lavaras con azúcar en lugar de jabón (por fin algo útil)

LA COSA MÁS DULCE

Es muy fácil hacer una merienda con un poco de gracia. Los gusanitos y los sandwiches de nocilla me gustan como a la que más, pero nadie va a decir que en el cumpleaños de fulano los gusanitos eran deliciosos.

Eliges un tema. Algo fácil. Si eres entusiasta de la guerra de Secesión, va a estar más chungo (pero no imposible). En este caso, el mar, que ahí caben muchas cosas y le gusta a todo el mundo normal. Buscas por casa cositas que tengan que ver con el tema, y, el resto, te miras unos vídeos en youtube, compras unas cartulinas en el chino y te inicias como quien no quiere la cosa en la papiroflexia. El papel de seda también es muy socorrido y con él te haces unas flores la mar de pimpantes. Y unos globos bonitos. Como estos, metalizados, o con lunares, letras, estrellas, calaveras, con forma de corazón, de helio…, ahora podemos encontrar de todo. Y por poquito dinero tienes la decoración de tu fiesta y el éxito asegurado.

En cuanto a la comida, tú misma (o mismo). Lo caro o barato que quieras. En la merienda que he hecho yo hoy, lo que más éxito ha tenido entre los niños son las palomitas. Y más baratas no pueden ser. En cuanto a galletas, magdalenas, bollos, etc, en el supermercado tienes de todos los precios. Aquí lo más importante es la presentación. Que se note que está cuidada y, un consejo, que haya un color predominante.

Por último, pienso que no es necesario esperar a que haya un cumple o una ocasión especial para hacer una fiestecita. Invita a tu casa a tres o cuatro amigos, a tus tíos y primos o a un amigo de tu hijo y a sus padres y disfruta de una tarde agradable. En los cumpleaños y otras celebraciones se suele reunir mucha gente y acaba siendo un caos. La vida es corta y los buenos amigos pocos. Reunámonos más

LA LLUVIA EN SEVILLA

Hoy no, Gene. Hoy no

APORTANDO

Ahora está de moda decir que alguien te aporta o no te aporta. Fulano no me aporta nada, que le den. La verdad es que la expresión tiene su sentido, porque llega un momento en la vida en el que sólo quieres gente agradable a tu alrededor. Que te aprecie y te lo demuestre, que te haga la vida fácil o, por lo menos, que no te la complique, que se acuerde de ti, que te haga reír o que sepa tener conversaciones inteligentes. Así que será mejor que nos pongamos todos a aportar a la de ya si no queremos que nos den la patada.

Por ejemplo, Pablo Alborán es uno que aporta. No tengo el gusto de conocerlo, pero el chaval me aporta algunas canciones bonitas. A mi madre no sé si le aporta algo más, porque le gustaría tenerlo como yerno. Aunque por edades, la de mi madre, la del muchacho y la mía, sería más probable que lo tuviera de nieto. Como el vídeo oficial de esta canción es horripilante y no me aportaba nada de nada, os dejo esta otra aportación

ERES BUENA, ERES LISTA, ERES IMPORTANTE

Los ojos del dragón, de Stephen King, Criadas y señoras, de Kathryn Stockett, Elantris, de Brandon Sanderson, Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena, Persuasión, de Jane Austen, la serie de Ana, la de Tejas Verdes, de Lucy Maud Montgomery y muchos de Agatha Christie son mis libros preferidos. Seguramente habrá algún otro, pero ahora no lo recuerdo. Aunque si no lo recuerdo… no merece entrar en esta lista.

Me quedo con los libros de ficción. Nada de biografías ni novelas históricas. Tampoco novela romántica ni Greys y cosas de esas. Nada de catedrales, me sobró con Los pilares de la tierra. Por supuesto nada de libros escritos por la Obregón, Lomana, Jorge Javier o la duquesa de Alba. Ciencia ficción y novelas de terror, cero. Ni engendros tipo Crepúsculo. María Dueñas, el Moccia, Carlos Ruiz Zafón y casi todos los españoles me dan mucha pereza. Un libro de misterio con asesinatos varios, para mí es una apuesta segura. Ahora estoy con Las horas distantes, de Kate Morton, que no sé si tendrá asesinatos varios, pero algo de misterio ya va teniendo.

Y, por ser hoy el día que es, os voy a leer un fragmento de Criadas y señoras, ejemplo de cómo un buen libro puede ser destrozado en la gran pantalla.

Dejo que llore unos momentos en mi pecho y luego vuelvo a tomar su carita entre mis manos. Respiro profundamente y le pido que haga lo mismo.
- Chiquitina -le digo-, ties que recordá to lo que te he contao. ¿Lo harás? 
Sigue llorando sin parar, pero, al menos, ya no tiene hipo.
- ¿Lo de limpiarme bien el culito cuando termino?
-No, Chiquitina, lo otro. Lo de cómo eres.
Miro sus bonitos ojos marrones, fijos en los míos. ¡Leches! Esta niña tiene ojos de persona mayor, como si hubiera vivido mil años. Me parece ver, en lo más profundo de sus pupilas, la mujer que va a ser cuando crezca, como un flash del futuro. Será alta y andará con la cabeza erguida, orgullosa. Lucirá un hermoso peinado y, ya de mayor, se acordará de las palabras que le metí en la cabeza.
Entonces las dice, justo lo que yo necesitaba escuchar:
- Eres buena, eres lista, eres importante
- ¡Ay, Dios!-Abrazo su cuerpecito y siento que me acaba de dar un regalo-. Grasias, Chiquitina 
- De nada- contesta, como le he enseñado 
Vuelve a posar su cabeza en mi hombro y nos quedamos llorando un buen rato, hasta que Miss Leefolt entra en la cocina.

 

LA OVEJA LOLI

Hoy me han pillado por banda en una farmacia, me ha dado penilla la muchacha y de repente me he visto sentada en un cuartito y con la colega arrancándome un pelo. Para un estudio capilar o algo así. La señorita me ha obligado a ver mi cuero cabelludo en un monitor, y es algo asquerosísimo. Al menos el mío. A continuación he vivido en directo un anuncio de la teletienda contándome las maravillas de no sé qué champú que costaba la friolera de 24€, y unas vitaminas con un ingrediente que sólo usan ellos, de África o por ahí, también a 4.000 pelas la caja. Yo, mientras, con cara de póquer. La chica, muy perspicaz ella, se ha pispao del póquer y, resignada, me ha preguntado si iba a ir a recoger a la clínica el resultado del estudio de mi pelo. Podía haberle dicho que sí, pero es que no iba a ir, así que le he dicho que no. Y me suelta “entonces no lo mando a analizar”. “No, claro, no te molestes”, le digo yo. Adiós, adiós, gracias, gracias. Muy mal, porque tenía que haberle dicho que me devolviera mi pelo. ¿Y si me hace vudú? ¿O cosas peores? Que yo me he leído El aliento de los dioses y El nombre del viento, y con un pelo se pueden hacer cosas escalofriantes. No, esperad, ¿y si me clona? ¿O me encuentra cinco hermanos con el ADN? Un sinvivir

SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES, PULPO PAUL

No sé lo que puede pasar por la cabeza de un niño futbolista y entusiasta del fútbol cuando, a los diez años, ve que su selección gana el Mundial. Que dos años antes y dos después gana la Eurocopa. Que, en prácticamente toda la vida que recuerda, España lo ha ganado todo. Se lo pregunté y me dijo que mucha locura y emoción. O sea, lo mismo que yo.

Pero, en mi caso, y supongo que en el de millones de españoles, después de años y más años yéndonos a casa a las primeras de cambio, víctimas de malos árbitros, malos entrenadores, mala suerte o mal juego, a la locura, la emoción y la alegría se unió la incredulidad y la rabia. ¿Eso estaba pasando de verdad? ¿España acababa de ganar un Mundial? Pero si apenas recordaba unos cuartos. Si en mi vida les había visto llegar a semifinales. Si llegar a la final superaba el mejor de nuestros sueños. La final la iban a perder seguro, aquello no podía ser real. Pero sí fue real. Ha pasado. España, el equipo de mi país, que me ha dado tantos disgustos, un año, ganó un Mundial. Y, dos años después, ganó una Eurocopa y yo me tiré vestida a la piscina. Y, si a partir de ahora, no vuelve a ganar nada, creo que el recuerdo de aquellos días será capaz de cubrir mis necesidades de satisfacciones futbolísticas. Porque, cada vez que veo a mi paisano marcando EL GOL, sonrío como una tonta, me da un escalofrío y digo para mí “¡¡¡Toma!!!”. Y me acuerdo de esa noche, de los nervios pensando que aquello se iba a resolver a penaltys, de los gritos en el minuto 116, de las lágrimas de rabia porque mi padre no podía disfrutarlo, de esa alegría tan grande y tan inexplicable porque es debida a algo que personalmente no nos afecta en nada, de las miles de banderas de España y decenas de miles de personas felices que nos reunimos en la plaza del ayuntamiento. De la locura y emoción de mi Vincenzo, la persona por y para la que hoy he escrito esta entrada

TILL THERE WAS YOU

There were birds in the sky

but I never saw them winging

No, I never saw them at all

till there was you

SALVAJES FLORES AZULES Y AMARILLENTAS

 

En el suelo había una cesta llena de hortensias y rama verde, destinada al adorno de los floreros; Nucha empezó a colocarla con la destreza y la delicadeza graciosa que demostraba en el desempeño de todos sus domésticos quehaceres. Julián, entre embelesado y afligido, seguía con la vista el arreglo de las azules flores en los tarros de loza, el movimiento de las manos enflaquecidas al través de las hojas verdes. Notó que caía sobre ellas una gota de agua, gruesa, límpida, no procedente de la humedad del rocío que aún bañaba las hortensias.

 Los Pazos de Ulloa, Emilia Pardo Bazán

SÍGUEME EL ROLLO

Sois gente de pocas palabras, ¿eh, lectores? Que sepáis que se aceptan comentarios diciendo que lo que escribo es basura, que a dónde voy opinando tal cosa, e incluso comentarios contándome vuestra vida. Por cierto, no seáis tan invisibles y seguidme. Eh, ¿os acordáis de Follow me, aquel programa para aprender inglés? A ver, que me desvío. Seguidme, pero figuradamente, que no quiero que vengáis conmigo a ningún sitio ni soy una iluminada. Mirad a la derecha de la pantalla y tirad para abajo. Cuando lleguéis a Seguidores, parad, y dadle a Participar en este sitio. Si no tenéis cuenta de Google, ya estáis tardando. Que Dios os lo pague. Ah, si tenéis mi mismo apellido (Bailey no, el otro), utilizad un seudónimo, que ya huele un poco

LAS PEQUEÑAS GRANDES COSAS

Hay veces en las que, al terminar el día, no estoy contenta con cómo han ido las cosas, con lo que he hecho, o con lo que he dejado de hacer; otros días, me digo a mí misma que hoy ha estado bien. Hoy es uno de esos días. Y no son necesarios grandes acontecimientos para irse a la cama satisfecho. A veces basta con saber que no has metido demasiado la pata, que las personas que quieres están bien y que mañana tienes la posibilidad de hacerlo mejor. Para terminar el día con una sonrisa es suficiente con recordar una charla con una amiga o ese obstáculo que has superado. O que, para tu sobrina de siete años, eres más guapa que Violetta.

Hace tiempo me regalaron una frase escrita en una pegatina que tengo encima de mi cama. “La felicidad está en creer en las pequeñas cosas que significan mucho”. Seguramente entonces no alcancé a entender qué quería decir aquello, pero hoy puedo decir que de verdad lo pienso. Lo pienso, lo vivo y lo defiendo.

Hacer depender nuestra felicidad (paz interior, tranquilidad, cómo queráis llamarlo) de sueños prácticamente inalcanzables, o de cosas que nos gustaría que hicieran otras personas es muy arriesgado. Y casi siempre se sale perdiendo. Tu vida se puede convertir en una espera. Una espera de nada

LO QUE NO MATA ENGORDA

Hoy, en el supermercado, en concreto en la sección de yogures, oí que una chica a mi lado decía “Comer equilibrado es una mierda”. Yo no uso la expresión “comer equilibrado”, pero sí puedo decir que comer sano es una mierda. ¿Comer embutido es sano? ¿Comer bollería es sano? ¿Comer comida rápida es sano? Lo dicho, una mierda.

Todos sabemos cuáles son las comidas sanas, no voy a hacer una lista. Sí, eso, las que menos nos gustan. En esta época de buenos propósitos (en el año hay dos: Navidad y ahora), nos lanzamos a comprar comida sana, con la esperanza de poner en forma nuestros cuerpos serranos de cara al verano. Hay que empezar a quitarse ropa, tenemos las carnes colganderas, el calor aprieta y se nos acaba el tiempo. Las revistas nos dan las claves para adelgazar comiendo sano. Puro eufemismo; en realidad te dan las claves para adelgazar pasando más hambre que Carpanta. Yo por lo menos, porque no me gusta ni la verdura ni las ensaladas. ¿Qué hago entonces con mi vida? Te dicen que, como tentempié, en vez de tomarte unas galletas te tomes un bol con verduras crudas. ¿Pero qué me estás contando? ¿Crees que si me gustaran las verduras crudas necesitaría adelgazar?

Por eso paso de lo que dicen las revistas. Reconozco que lo mío es un caso, pero oye, que yo no he pedido nada. ¿Quién quiere tomarse un flan de espárragos? ¿A quién le apetece hacerse una brocheta de pavo con arroz integral y salsa de yogur cuando llega cansado de trabajar? ¿Encima que has tenido un día de perros, vas a llegar a casa y cenar pechuga y lechuga? ¿O tardar tres cuartos de hora en hacerte un plato que te vas a comer como un sacrificio? No, hombre, no, te mereces algo mejor. Y este es el motivo por el que muchas personas no consiguen adelgazar; porque la vida es muy chunga como para encima no poder comer lo que te apetece. Esto es lo que decía mi abuela, ahora dice mi madre, y seguro diré yo dentro de unos años. La única ilusión que te queda es sentarte a una mesa y comer algo con lo que disfrutes, ¿y tampoco eso? ¿Qué nos queda? Mientras pensáis la respuesta, voy a ver qué hay en la nevera

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

¿El día más bello? Hoy

¿La cosa más fácil? Equivocarse

¿El obstáculo más grande? El miedo

¿El error mayor? Abandonarse

¿La raíz de todos los males? El egoísmo

¿La distracción más bella? El trabajo

¿La peor derrota? El desaliento

¿Los mejores profesores? Los niños

¿La primera necesidad? Comunicarse

¿Lo que hace más feliz? Ser útil a los demás

¿El misterio más grande? La muerte

¿El peor defecto? El mal humor

¿La persona más peligrosa? La mentirosa

¿El sentimiento más ruin? El rencor

¿El regalo más bello? El perdón

¿Lo más imprescindible? El hogar

¿La ruta más rápida? El camino correcto

¿La sensación más grata? La paz interior

¿El resguardo más eficaz? La sonrisa

¿El mejor remedio? El optimismo

¿La mayor satisfacción? El deber cumplido

¿La fuerza más potente del mundo? La fe

¿Las personas más necesarias? Los padres

¿La cosa más bella de todas? El amor

Pensamientos de Teresa de Calcuta, no míos. Pero bien podían serlo

ASCOPENA STYLE

Este tío me da asco, grima, repugnancia, náuseas, repulsión, arcadas y repelús

ME ENCANTA QUE LOS PLANES SALGAN BIEN

Yo tuve mi época de teleadicta. Me sabía cada programa que hacían en la tele, lo cual tampoco tenía mucho mérito teniendo en cuenta que sólo había dos cadenas, pero bueno. Y me encantaban las series. Lo que más. Por eso ahora, que hay tantas, y algunas muy buenas, se me hace raro no seguir ninguna. Hay series que en otro momento me habrían chiflado, pero son demasiadas en demasiados canales, más internet, y para mi es un mareo. Y tampoco tengo paciencia para sentarme a ver nada durante hora y pico. Pérdida de capacidades, lo llamo.

Algunas de mis series míticas son estas:

- V. La serie entre las series. Mi serie de referencia en mi tierna edad. Y una serie siempre unida a la Tele-Indiscreta. Pegatinas, pósters, figuritas, tebeos, carpetas, álbum de cromos que alguna desalmada me tiró a traición…, yo lo tenía todo. Y, cómo no, la pistola de cartón que te montabas tú mismo que una vez dieron con la revista. Eso te daba para toda una tarde. De la serie en sí no digo nada. Es pa verla

-Norte y Sur. Mi primer culebrón. Dramón, actores guapérrimos, amores imposibles, la guerra de Secesión, música inolvidable y cameos de actores como James Stewart, Gene Kelly o Jean Simmons. Y, encima, culturizaba

- Luz de luna. Con David y Maddie empezó eso tan típico de la tensión sexual no resuelta. Que cuando se resuelve suele quitarle todo el interés a la serie, por otra parte. Bruce Willis, aunque va camino de la tercera edad, sigue pegando tiros y dando mamporros, y Cybill Sepherd…sigue viva

  

- El gran héroe americano. En aquella época me partía de risa con Ralph Hinkley aprendiendo a volar. Hace unos años lo repusieron creo que en la Cuatro y no me hizo ninguna gracia. La vida misma, vamos

- El Equipo A. La serie donde nunca murió ningún maloso. Saltaban por los aires cosa mala, pero como mucho se hacían un esguince. Yo tenía (y tengo) la furgoneta del Equipo A en miniatura. Y el álbum de cromos. Y una debilidad especial por Murdock

- El coche fantástico. ¿Quién, en su sano juicio, no ha hablado alguna vez a su reloj, diciendo “Kitt, te necesito”? Y David Hasselhoff tan alto, tan atlético, tan guapito… A mi no me gustaba, pero reconozco que estaba buenorro. Cómo se estropean los cuerpos…

-Remington Steele. Este sí que me gustaba. Me gustaba mogollón. Pierce Brosnan era lo más. Y la verdad es que, de todos los protagonistas de estas series, es el único que se conserva potable

- Fama. Con esta serie empecé yo a apuntar maneras. Maneras de fan de los musicales y el bailoteo. En aquellos tiempos la fama costaba y se pagaba con sudor. Ahora sólo necesitas mucho morro y cero principios.

Es curioso cómo, a pesar de haber pasado tantísimos años, recuerdo perfectamente los nombres de los personajes de todas aquellas series. Mike Donovan, Danny Amatullo, Michael Knight, Maddie Hayes, Fénix, M.A., Leroy, Laura Holt, Hannibal Smith, Julie Parrish, Tyler, Diana, Coco, Bill Maxwell… Supongo que lo que vivimos en nuestra infancia se queda grabado a fuego en nuestro cerebro porque todavía está vacío de planes y preocupaciones. Cuando aún teníamos ganas de jugar, y no necesitábamos más que nuestra imaginación, estas series, y otras muchas, nos proporcionaron un material inagotable. Lo que daría yo por una pistola de cartón para volver a ser Julie y cargarme unos cuantos lagartos

PALO AL AGUA

No me da tiempo a terminar la entrada que estaba preparando, y no quiero que me pase lo mismo de ayer. Así que voy a echar mano de Bruno Mars (metafóricamente, aunque preferiría literalmente), que igual vale pa un roto que pa un descosido

MÁS VALE TARDE

Me da bastante rabia haber roto mi racha de entrada por día durante estos cuatro meses, pero, como para estas cosas soy muy cabezota, hoy haré dos entradas. Además, como aún no me he acostado, me hago a la idea de que ésta es mi entrada del jueves. ¿Que por qué no actualicé antes? Bueno, digamos que fui raptada por un colombiano. Y, ahora, voy a ver si me ha tocado la primitiva

FAN, FAN, FAN

El otro día vi no sé dónde que han vuelto New kids on the block. Jo, cómo me gustaban. Tenía todos los discos (vinilo del güeno), grababa cada vídeo clip y actuación (VHS del güeno), veía la serie de dibujos, tenía las paredes llenas de pósters, pegatinas por todas partes, me compraba las revistas donde salían, me sabía todas las canciones y bailes, estaba enamorada de, ¿cómo se llamaba? Esperad, que lo busco. Eso, Joey, cómo me pude olvidar… Ostras, qué miedo, ¡yo he sido una fan!

Pero, ¿cómo no serlo? Mirad, mirad

Sí, vale, eran muy garrulos. Pero eran los 90, la era del garrulerío por excelencia. Yo lo sabía, sí, y no me importaba. Los cardados, coletillas, vestimenta, anillacos y demás joyerío eran minucias al lado de su música, su romanticismo, sus bailes, sus movimientos en general, su todo. Pero bueno, si Justin Bieber es mil veces más hortera, por favor. A mis New Kids no me los toquéis.

¿Y qué me decís de este vídeo? Yo mejor no digo nada, que hacía siglos que no lo veía y me siento una vieja verde

Y ahora son así. Hombre, no voy a cumplir años sólo yo, ¿no? Y aún hay alguno aprovechable…

BODORRIO A LA VISTA

Empezó la temporada de bodas, señores. Para otros, claro, porque yo no tengo ninguna en el horizonte. Ninguna, digo, y no miro a nadie. Ahí lo dejo. A mí las bodas me rechiflan. Su novio, su novia, su cuarteto de cuerda (zzzzzzz…), sus boletus, su disco móvil… Ay, qué ansia viva, por Dios.

En fin, que si tú, muchacha, tienes bodas a la vista, no sabes qué ponerte y estás tirando a canina, te aconsejo que sigas estos pasos:

1. Una vez registrado tu armario, y no habiendo encontrado nada en condiciones y/o que no te hayan visto menos de dos veces, no desesperes. En este momento puedes tomarte un calmante, una coca cola o un lingotazo. O algo de bollería industrial

2. Ve al armario de tu madre. Busca algo que tenga más de 20 años y recorta de aquí y de allá. Como mínimo te asegurarás de que nadie va a ir igual que tú

3. Si a tu madre no le van los sentimentalismos, y sólo tiene ropa de la última temporada de Primark, haz un llamamiento a la solidaridad entre hermanas, primas, amigas, cuñadas e incluso abuelas. No te cortes y mete la cabeza y los pies en sus armarios y cajones, y, sobre todo, sé muy simpática

4. Si no las ves dispuestas a colaborar, porque ellas también van a la boda y sólo te ofrecen las sobras, que sepas que arrieritos sois y en el camino os encontraréis. El camino es la boda, se entiende

5. Que no cunda el pánico. Vuelve a tu armario, que como en casa no se está en ningún sitio. Si tienes un vestido todo mono, que te queda espectacular, y el problema es que te lo has puesto en las últimas dos bodas de la familia, no pasa nada. Lo que debes hacer es desviar la atención del vestido. Ponte un tocado llamativo (lo puedes hasta hacer tú, pero para que te lo explique tienes que ser íntima amiga mía) sobre un peinado bonito, o una blazer por encima, o unos zapatos, un clutch o un brazalete que llamen mucho la atención. Los complementos son capaces de cambiar por completo un look y, hoy en día, con la cantidad de tiendas baratas que hay, están al alcance de todas. Pero bueno, si estás tan mal que no tienes ni para un bolsete de H&M, vuelve al primer paso, pero ahora en busca de complementos. Así las despistarás a la par que intrigarás.

También te digo una cosa. Si eres un cardo borriquero, no merece la pena que sigas ninguno de estos pasos; nadie se va a fijar en lo que llevas. Lo máximo que conseguirás será un “estás favorecida”, que es peor que nada

FAMILIA NO HAY MÁS QUE UNA

A todos los que os pasáis las horas enganchados a un móvil, adictos a lo que dicen a cada segundo en facebook, twitter, blogs y demás mierdas, podéis empezar a rezar para que, cuando estéis viejos y solos, hayan inventado los móviles con piernas, brazos y corazón. Porque que sepáis que ni a vuestros amiguetes de facebook, ni a vuestros seguidores de twitter, les vais a importar una mierda. Mirad si me preocupo por vosotros, que podéis empezar por dejar de leer este blog, si eso

AL ALBA

 

Esta canción se la dedico a mi primo el de Albacete. Si yo no tengo ningún primo en Albacete... Pero me gustaría. Para ir con él a esto

SECRETOS Y LEYES

En un tanatorio sólo hay muerte. Y el único negocio con éxito seguro por toda la eternidad. Hay muertes que soy por ley de vida; sólo puedes agachar la cabeza y dar gracias. Y otras, demasiadas, son por ley de muerte, que no distingue persona ni momento. Ahí te aguantas y haces lo que puedes. No me apetece hablar más de esto. Lo dejo. Aunque insistáis.

¡¡¡Aaaaaaahhhhh!!!, que me acabo de acordar de que hoy hacen en la tele El secreto de sus ojos, la única peli (o de las dos únicas) que me ha impactado en los últimos años. ¿Esto ya lo había dicho de alguna? Es que no me acuerdo ni de lo que digo. Bueno, pues esta película tiene más mérito que me impacte porque yo no veo una peli en español ni aunque me torturen. Que empieza…

I WILL SURVIVE

Hoy me he comprado este collar en Dayaday. 10,75 €. De la nueva colección. Y, como va a dar igual, porque no vais a hacerme ni un comentario, para qué voy a extenderme más. Hala, con Dios

POPURRÍ

No sé firmar en esos cacharros de firma electrónica, o digital, o como se llame. Es más, ¿a alguien le sale bien la firma? Yo, como no tengo tarjeta de ninguna clase (aunque cuando me lo preguntan en El Corte Inglés siempre digo que sí), no estoy acostumbrada, y hoy en el banco he hecho un poco el ridículo. Si me disponía a firmar con un boli normal, no os digo más. ¡Larga vida al papel, leche!

Dice la renacuaja: "Oye, que no me dais de comer, que me matáis de hambre. ¿No sabéis que este cuerpo tiene que crecer?" Yo sí que me la comía.

Y un poco de música, ¿no?

Estoy de acuerdo. Qué leche de vida