Empezó
la temporada de bodas, señores. Para otros, claro, porque yo no tengo ninguna
en el horizonte. Ninguna, digo, y no miro a nadie. Ahí lo dejo. A mí las bodas
me rechiflan. Su novio, su novia, su cuarteto de cuerda (zzzzzzz…), sus
boletus, su disco móvil… Ay, qué ansia viva, por Dios.
En
fin, que si tú, muchacha, tienes bodas a la vista, no sabes qué ponerte y estás
tirando a canina, te aconsejo que sigas estos pasos:
1.
Una vez registrado tu armario, y no habiendo encontrado nada en condiciones y/o
que no te hayan visto menos de dos veces, no desesperes. En este momento puedes
tomarte un calmante, una coca cola o un lingotazo. O algo de bollería
industrial
2.
Ve al armario de tu madre. Busca algo que tenga más de 20 años y recorta de aquí
y de allá. Como mínimo te asegurarás de que nadie va a ir igual que tú
3.
Si a tu madre no le van los sentimentalismos, y sólo tiene ropa de la última
temporada de Primark, haz un llamamiento a la solidaridad entre hermanas,
primas, amigas, cuñadas e incluso abuelas. No te cortes y mete la cabeza y los
pies en sus armarios y cajones, y, sobre todo, sé muy simpática
4.
Si no las ves dispuestas a colaborar, porque ellas también van a la boda y sólo
te ofrecen las sobras, que sepas que arrieritos sois y en el camino os
encontraréis. El camino es la boda, se entiende
5.
Que no cunda el pánico. Vuelve a tu armario, que como en casa no se está en
ningún sitio. Si tienes un vestido todo mono, que te queda espectacular, y el
problema es que te lo has puesto en las últimas dos bodas de la familia, no
pasa nada. Lo que debes hacer es desviar la atención del vestido. Ponte un
tocado llamativo (lo puedes hasta hacer tú, pero para que te lo explique tienes
que ser íntima amiga mía) sobre un peinado bonito, o una blazer por encima, o
unos zapatos, un clutch o un brazalete que llamen mucho la atención. Los
complementos son capaces de cambiar por completo un look y, hoy en día, con la
cantidad de tiendas baratas que hay, están al alcance de todas. Pero bueno, si
estás tan mal que no tienes ni para un bolsete de H&M, vuelve al primer
paso, pero ahora en busca de complementos. Así las despistarás a la par que
intrigarás.
También
te digo una cosa. Si eres un cardo borriquero, no merece la pena que sigas
ninguno de estos pasos; nadie se va a fijar en lo que llevas. Lo máximo que
conseguirás será un “estás favorecida”, que es peor que nada
Yo tampoco tengo ninguna boda a la vista, ni bautizo,ni comunión..nada de nada.Nada que me obligue a comprarme cosas que nunca más me pondré,(te compras algo y dices "arreglao pero informal, me lo puedo poner cualquier otro dia"pero no lo haces)asi que casi lo agradezco.
ResponderEliminarNecesitamos más vida social
EliminarPor lo menos me he reído con el post. Yo tengo un par de vestidos sin estrenar en el armario, por si te sirven. Me los compré y luego me decidí por algo que ya me había puesto, porque a última hora los zapatos que tenía para combinar no me pegaban... o eso creía yo, que ya sabéis que soy la reina del estilismo.
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