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miércoles, 28 de agosto de 2013

NO RESULTA FÁCIL



Hasta ahora, cada vez que oía esta canción sólo pensaba que era una de las que más le gustaban a mi padre. Reconozco que, de todas las de Perales, no estaba entre mis preferidas. El otro día la volví a oír, y, además, la escuché.


Ahora no sólo pienso cuánto le gustaba a mi padre; además, pienso en que habrá pocas letras más bonitas y que expresen tanto. Y pienso en alguien a quien no le está resultando fácil. Me gustaría decirle que, dentro de poco, sin darse apenas cuenta, volverá la primavera y el aire de la mañana llegará más limpio que nunca


No resulta fácil
olvidarlo todo y empezar de nuevo.
No resulta fácil
ignorar la huella que ha dejado un beso


No resulta fácil
cuando se ha querido,
encontrar de nuevo
lo que se ha perdido


No resulta fácil,
no resulta fácil
despertar el alma cuando se ha dormido


No es tan hermoso
ver la luna en la ventana,
ni está tan limpio el aire
de la mañana


Es tu distancia estando cerca
la que más duele.
Y tu mirada quieta
la que me hiere


No resulta fácil
destruirlo todo y levantar el vuelo.
No resulta fácil
encontrar de nuevo a quien decir te quiero


No resulta fácil
inventarse un beso,
ni esa playa blanca que era nuestro lecho


No resulta fácil,
no resulta fácil
despertar el día con un beso nuevo


No hay primavera que me arrastre
hasta sus flores,
ni cantan en mi huerto los ruiseñores


Es tu distancia estando cerca
la que más duele

y tu mirada quieta
la que me hiere


No resulta fácil
olvidarlo todo y empezar de nuevo


 

martes, 27 de agosto de 2013

¿LA PLAYA ESTABA DESIERTA?



Este mes de agosto he estado cuatro días en la playa. La playa tiene muchas cosas. Una de las cosas que tiene es que cohabitas con especies a las que el resto del año consigues evitar: chonis, poligoneros, medusas, tuppers con filetes empanados y niños gritones. O sea, carne de Ola, ola.

Otra de las cosas que tiene la playa es que nos iguala a todos por abajo. Vistos de lejos. Cuando uno se acerca, los bikinis de flecos, los mama y papa, la sombrilla de Mahou, los tatuajes, las viseras y la lectura del Pronto van poniendo a cada uno en su sitio. Eso sí, todos hacemos pis en el mismo mar.

La playa es como una obra de teatro en la que siempre actúan los mismos personajes:


Un padre y un hijo empiezan a hacer un castillo de arena. Al cabo de cinco minutos el hijo se harta y se va a hacer el hooligan por ahí. El padre ni se percata de la ausencia de su vástago y continúa con el castillo como si no hubiera un mañana. La escena siempre termina con el castillo aplastado bajo los pies del chaval y el padre diciendo “¿Tas tonto?”

A las 7 de la mañana, entre cincuenta y sesenta maridos son obligados por sus mujeres a bajar a la playa para plantar la sombrilla y de una a tres sillas. Su única misión es hacer la puñeta al personal, porque suelen bajar a poner sus culos en los asientos sobre la una del mediodía, hora en la que la playa empieza a despejarse y no tendrían problema en situarse en primera fila. Cosas de viejos

Una pandilla de chicos y chicas. Ellos con el bañador remangado, ellas opositando a it girls de su bloque. Todos con un móvil de última generación en la mano. Su guión es el más fácil de aprender; se limitan a decir “tía”, “nano”, tacos varios, y a soltar grititos. Y una frase imprescindible: “Esta pa´l Twitter”


Luego  hay una serie de personajes recurrentes pero no menos frecuentes:

La orca o cocodrilo hinchable. El guarro que se baña con camiseta. La niña de entre 9 y 11 años con un desarrollo ya considerable de sus glándulas mamarias pero que sigue llevando un bañador de braguita. Y el señor de mediana edad, híper bronceado, con braga náutica, sortijones y cadenonas estilo Mauricio Colmenero.

Así que, ¿qué más da si la playa no estaba desierta, y si el mar, en lugar de bañarte la piel, te daba unos trompazos que te hacían engullir arena? Estamos salvados, porque el macho ibérico todavía existe



miércoles, 14 de agosto de 2013

BATIBURRILLO STYLE

Lo presiento. Este invierno se van a llevar las flores. En ropa y accesorios. Si vais a apurar las rebajas, id a por lo floreado

¿Alguien sabe qué coño significa Fave de fuca? Tengo que quitar el anuncio antes de que lo digan en voz alta, nerviosa me pone

No se puede volver a empezar de cero. Porque todo lo pasado se hace presente tarde o temprano. Pero siempre se puede volver a empezar. Y eso, por ahora, es más que suficiente


jueves, 8 de agosto de 2013

REPELENCIAS



El agua caliente en el mar y en las piscinas. Se supone que es verano, hace calor y te das un chapuzón para refrescarte. ¿Qué sentido tiene hacerlo si no te refrescas? ¿Por qué hay gente tan fan del agua calentorra? Me lo expliquen

Los tatuajes en la pierna. De asesino a sueldo de manual. En realidad los tatuajes en general. Las novias con el tatuaje en la espalda. Los viejales tatuados. Los musculitos y, además, tatuados. De pequeñas, una prima y yo nos llenábamos los brazos de calcomanías (yo diría que las llamábamos calcamonías), como Tito, el de Verano azul. Eso sí que molaba…, voy a ver si me hago con una y doy algún sustito

Las viejas que fuman. ¿Sabéis esas viejas pellejas, flacas, sin carnes, llenas de manchas en la piel, con cara de bruja, coleta y las uñas largas? Rara es la que no lleva el cigarro en la mano. No me pasa con los viejos, mira tú qué cosa. Si esto es machismo, ni me inmuto

jueves, 1 de agosto de 2013

¿PERO QUÉ INVENTO ES ESTE?



Habréis oído hablar de una trilogía de libros que empieza con En el país de la nube blanca, sobre unas inglesas que emigran a Nueva Zelanda y les pasan cosas culebroneras. Bueno, el caso es que estos libros son bastante conocidos, best sellers y el no va más de los novamases.

Pues bien, acabo de leer el primero, el de la nube blanca, y tengo varias cosas que decir al respecto. La primera es que si os gustan los bodrios, este no es vuestro libro. Si os gustan las boñigas de elefante rebozadas en hongos de pies y pus, este sí es vuestro libro.

La perpetradora de este truño es una alemana que se hace llamar Sarah Lark. Este no es su verdadero nombre; lo comprendo, si yo escribiera esta clase de mierdas (no lo hago, ¿verdad?) no querría que nadie supiera quién soy. Pero esa no debe de ser la razón de utilizar un seudónimo, porque en la contraportada del libro está su foto y toda su vida, y creo que hasta su nombre real. Y vive en España, así que podéis acercaros a que os devuelva el dinero. Y lo que surja.

Como he dicho, el argumento tiene todos los tópicos de un mal culebrón: dos que se casan sin estar enamoradas, una tiene una hija con otro, rencillas entre dos familias, el hijo de una se enamora de la nieta de la otra, luego se matan entre ellos (pero sólo los malos, por supuesto), y los maoríes poniendo el toque exótico. Pasan algunas desgracias, que, obviamente, se merecen todos los personajes. Por gilipollas. Algunos se mueren; se nota que la tolai esta intenta emocionar, pero lo único que consigue es que desee que se mueran todos de golpe y acabar con esto de una vez.

Situaciones que no hay quien se las crea. Conversaciones que escribiría una niña de ocho años fan de Violetta y medio lerda. Comportamientos absurdos y ridículos. Bostezos y más bostezos.


En resumen, un panfleto que rezuma catetez por los cuatro costados, y que, por momentos, me ha puesto bastante nerviosa. No da ni vergüenza ajena, más bien provoca malestar. Y la traducción al español es igual de patética.


Sarah Lark, o como se llame, es usted una tonta con suerte