Vistas de página en total

sábado, 26 de agosto de 2017

21

¿Te acuerdas, papá, de cuando me abrazaba a ti en el sofá, oía los latidos de tu corazón, y te decía "estás vivo"? Entonces seguramente no llegaba a comprender cuán vivo estabas. Y que lo que era una información superficial para ti era la felicidad para mí

Ahora pienso que no fueron suficientes los abrazos y los besos. Porque a aquella mala noche no le siguió una mañana para ti. Y no hubo mañana para los besos que dejé para mañana. Ahora sólo me queda pensar en ti y decirte que te quiero, aunque sólo con la fe, y no la certeza, de que de alguna forma te lleguen estas palabras

Nunca hice nada por ti, papá. No pude luchar por ti. No he podido darte mi brazo para que te apoyes al caminar. No he podido llevarte, ni acompañarte, ni tener paciencia contigo, ni cuidarte, como tantas veces hiciste tú conmigo

¿Sabes qué? A veces me pregunto qué persona hubiera llegado a ser yo. Nunca lo sabré, porque una parte de mí se quedó esa noche en una habitación de la que sólo recuerdo la oscuridad que había. Pero bueno, con lo que quedó he hecho lo que he podido y aún me queda mucho por hacer. Me gustaría que me vieras ahora. No soy una maravilla pero tengo un pase. Y oye, depende de con quién me compares, subo bastantes posiciones

Allá donde estés. Menuda gilipollez (perdona, papá, es que de vez en cuando necesito decir algún taco). Yo sé dónde estás; estás con Dios, estás en mi corazón y en mi cabeza, estás en nosotros. Y nosotros estamos en ti. Como lo estuviste siempre. Como lo estuvimos siempre

Estar aquí hoy no es fácil. Y dicen que va a llover. Y no es fácil


miércoles, 16 de agosto de 2017

ESPERA Y VERÁS



Hay una frase de estas que comparte la gente por facebook con la que muchos parecen estar de acuerdo. Dice algo así como que es mejor no esperar nada de nadie para así evitar decepciones. Sí, es algo que yo he pensado alguna vez, e incluso he llegado a darlo como consejo a algún amigo. Pero no. Qué triste es no esperar nada de la gente

Qué triste es no esperar que te perdonen. No esperar que te digan que sí sólo porque te quieren. No esperar una felicitación. O un gracias. Debe de ser muy triste no esperar que te cuiden cuando enfermas. O no esperar que alguien te dé la fuerza que a ti te falta. No esperar afecto, o comprensión. ¿Cómo no esperar tener quien comparta tu pena? Sí, a veces es muy difícil, pero sigamos esperando que el otro cambie de opinión. Sigamos, y sigamos, y sigamos esperando que el otro cumpla la palabra dada. ¿Y cómo no esperar que este año, que este año por fin, los Reyes Magos se enteren de lo que nos gusta de verdad?

La decepción no mata. La desesperanza, sí. Y quien no espera nada acaba por no dar nada. Total, ¿para qué molestarse, verdad?

Cuidado