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jueves, 27 de febrero de 2014

YES, I CAN



¿Quién leyó la entrada del día 3? Sí, hombre, sí. Esa en la que os pedía que me votarais para los premios de blogs de 20 minutos. Esa de la que muchos habéis pasado. Esta, vamos: Dame 20 minutos  

El plazo para votar termina el domingo. Votar es muy fácil. No es difícil; es fácil. Difícil, no. Fácil, sí

Sólo necesito 500 votos para ganar

Vota y colaborarás a mejorar la vida de una pobre huerfanita

martes, 25 de febrero de 2014

CORAZÓN QUE SÍ SIENTE



Llamadme insensible. No me siento conmovida por Ucrania. Que se muera Mandela, el cazafantasmas o el vecino del cuarto me importa cero. Pero los niños… Sus madres. Una madre y abuela. Una mujer que pierde en un minuto a su madre y hermanas. Unos hombres que no sabían que el beso de buenas noches a sus mujeres e hijos sería el último. No puedo imaginar una forma más cruel de soledad.

Siempre he sufrido mucho por todo. Demasiado. Esa es una de las razones por la que no veo los telediarios. Hay cosas con las que no puedo. Simplemente no puedo. Y prefiero no ver. Porque mi corazón no es ilimitado. Mi compasión no es ilimitada. Y me engaño pensando que debo reservarlos. Reservarlos para mi propia realidad. Para mis propios dramas. Para lo que haya de venir…, y para lo que ya vino y se quedará para siempre.

Sé que mi corazón ya no es el que era. O a lo mejor es mi cabeza. Puede que ni el uno ni la otra lo sean. Hechos que hace años me habrían hecho sufrir ahora me dejan indiferente. Es parte de la madurez, supongo. Pero cuando te han cortado un brazo no te impresiona que al de enfrente le corten una mano. No os preocupéis si no me entendéis; son cosas mías.

Lo que pasa es que ante ciertas tragedias no hay barreras que valgan. No hay reservas ni protección para mí. Porque hay cosas que no cambian; y son las cosas que nos hacen ser quiénes somos. Personas que lloran con las noticias. Personas que lloran como idiotas mientras escriben esto.

Los que estáis ahí: tened cuidado, por lo que más queráis

lunes, 17 de febrero de 2014

CUENTOS CHINOS



Cuando no tienes un buen día, una de las cosas que más te puede deprimir es un chino. No me refiero a una persona de China, que también, sino a una de esas tiendas antes conocidas como “Todo a 100”.

Vaya, recuerdo cuando surgieron los “Todo a 100”. Qué hallazgo, oiga. Qué maravilla. Todo un mundo por descubrir. Y todo a 100 pesetas. Un embudo, 100 pesetas. Una esponja, 100 pesetas. Una pistola de agua, 100 pesetas. Luego dejaron de tener tanta gracia, porque ya no era todo a veinte duros. Fue cuando los carteles cambiaron a “Todo a 100, 200, 300… y más”. O sea, que podías esperarte cualquier cosa. Y lo de tener que esperarte cualquier cosa no mola.

Con la llegada del euro (¡Euro!, ¡pedorro!), la cosa perdió la poca gracia que tenía. “Todo desde 1 euro”. Pos vale. Los míticos “todo a 100” habían muerto definitivamente. O sea, muerto. Y la herencia fue toda para los chinos. Se apropiaron de su denominación (“Todo Chien”) y se apropiaron de su esencia (un chino).

A cambio, alguien se debió de apropiar de su voz y de su alegría de vivir. Los chinos de los chinos son mudos y siniestros. Reconozco que a mí me da cosica mirarlos a la cara. “¿Cuánto es?”. Porque tú tienes una idea aproximada de lo que te va a costar, pero nunca lo sabes seguro. Pagas y, en la mayoría de los casos no dices ni adiós. ¿Por qué? Pues porque suelen ser antipáticos, así que que les den. Pero principalmente porque lo que quieres es salir cagando leches de allí.

Al chino ya parece que tengas que entrar pidiendo permiso a China y perdón a España. Y viceversa. No estás cómodo. Normalmente vas buscando algo concreto; lo de “estoy echando un vistazo” no funciona en los chinos. No se puede decir que lo encuentres siempre, pero tampoco que no lo encuentras nunca. Bah, una media razonable. Y también una media razonable de veces sabes que estás comprando caca de la vaca.

Pero lo peor no es la caca de la vaca, que, al fin y al cabo, nadie te obliga a comprarla. Lo peor de los chinos son esos chinos que están agazapados en los pasillos haciendo como que ponen precios pero que lo que en realidad hacen es vigilarte. Tú ya no entras muy convencida, y encima notas tres o cuatro pares de ojos achinados clavándose en tu nuca. ¿Quién en su sano juicio quiere permanecer más de dos minutos ahí? Pero es que los muy puñeteros ponen tiendas de ocho mil metros cuadrados, con pasillos larguísimos, y rampas, y escalones, y recovecos, y ángulos muertos, y callejones sin salida. Así que encontrar lo que buscas y salir rápidamente es imposible. Ni lo intentes.

Por no hablar de esas veces en las que, mientras estás saliendo, oyes cómo el chino le habla (muy rápido, claro, que para eso es chino) a la china. Sabes que te está poniendo a caer de un burro y agradeces hablar sólo castellano e inglés nivel medio.

En fin, que es difícil tener agradables experiencias en un chino. Por eso, cuando estoy de bajón, y paso por uno, procuro no mirar. Esos molinillos brillantes pueden terminar por rematarme el día



jueves, 13 de febrero de 2014

MY NAME IS RAMÓN

Esta entrada es sólo para súper fans de Bruno Mars. Si hay alguno por ahí, debuti. Si no, todo para mí


Y ya que estoy, Biónica, Rita, Mariela Parma y Carolina MLA, me alegra veros ahí. Gracias. Creo que me daré más de una vuelta por vuestros blogs. Lo dicho, una alegría

martes, 11 de febrero de 2014

AUNQUE LA PELUDA SE VISTA DE SEDA



El pelo de la dehesa es imposible de quitar. Imposible. Y el día del año en el que se concentra mayor pelo de la dehesa por metro cuadrado es el día de los Goya. No sé por qué no va a esto la Letizia, para una vez que podría estar en su salsa…


Por ejemplo, la hermana del Luisma. Se planta un Lanvin pero sigue siendo José Luis López Vázquez sin bigote



Otra hermana. Esta, la de un gilipollas llamado Juan Diego Botto. Este vestido no es que sea muy allá, pero se lo pone, qué sé yo, Jessica Biel, y tiene un pase. Se lo pone esta petarda con ese pelo y esa cara de mala persona y el resultado es el que veis


Y aquí tenemos a un ejemplar de choni auténtica. Una tía consecuente. ¿Por qué va a ir de lo que no es? Coge su modelito de fin de año de modas Maripuri y se acabó. Antiestética, pero sin complejos, claro que sí                     




Iba a poner más fotos, pero es que son taaaan aburridas... Sólo una más. La del hermano gordo de Colin Firth


Y con esto cierro el tema goyos:


Alejandro Sanz, Pablo Alborán, Rozalén, Leiva, Dani Martín, Malú, India Martínez, Bisbal, La Oreja de Van Gogh, Antonio Orozco, Bunbury, Melendi, Pastora Soler, Sergio Dalma

Un disco cuesta bastante más que una entrada de cine. Ir a un concierto cuesta muchísimo más que una entrada de cine

El que pueda que entienda

lunes, 10 de febrero de 2014

ODA A LA CHICHA Y AL NABO



Soy uno de los 44 millones de españoles que no vio el programilla de los Goya. Por supuesto, eso no me va a impedir comentar lo que me salga del refajo.

Bueno, en realidad, sí que vi algo. 32 segundos. Los suficientes para ver a un tío calvo rascándose la cabeza mientras agradecía el premio (un premiazo que te cagas, vamos). Por lo visto, la cabeza sólo le servía para tener picores, pero no para aprenderse un mísero discurso de agradecimiento. Es actor, en teoría se aprende unas cuantas frases de un guión, y se le supone medio espabilado, pero es incapaz de decir cuatro palabras improvisadas ante un público. De ese material está hecho el cine español.

El cine español es un mojón. Actores mojones, guiones mojones y directores mojones. Por tanto, películas mojonas. Y entrega de los Goya mojona. ¿Que alguno se salva? Venga, si lo decís vosotros admitiré que alguno se salva. Pero, como en la mayoría de ocasiones se habla en general, y esta es mi opinión, digo que el cine español actual es una mierda.

Y no digo más porque esta gente es soporífera. Y al que presentó el programilla, si me estás leyendo, que es bastante más que improbable, un consejito: si ni los más gilipollas se ríen con tus gilipolleces, mala señal.

A mi me da igual porque no veo la tele, pero, de verdad, que se acaben estas entregas de premios. Quien quiera dormirse ya encontrará otros métodos, y esto no da ni siquiera para echarse unas risas. Hasta con la vergüenza ajena uno se entretiene un poco, pero estos tipos son tan mediocres que no dan ni para eso.

Si es la gran fiesta del cine español me parece perfecto, pero que no nos inviten. Esto le importa a cuatro. Como vuestras películas. O lo que sea


sábado, 8 de febrero de 2014

MMMM..... NO. O SEA, SÍ

Sí, sigo viva

Que es más de lo que pueden decir muchos

Tengo mucha hambre

Y no me estáis votando


lunes, 3 de febrero de 2014

DAME 20 MINUTOS

Hola, buena gente. Hoy hay movida. Y esa movida se llama... ¡premiooooos! No, no habéis ganado nada ni yo tampoco. De momento. 

Que me he presentado a los premios de blogs del 20 minutos. Sí, ese periódico gratuito que casi todo el mundo se deja en el asiento del autobús después de leerlo. Y es multiusos, porque si el asiento está un poco guarro, el periódico sirve de protección. Y más cosas, pero no quiero que me descalifiquen el primer día. 

Ganar está chungo, pero yo me conformo con que alimentéis mi ego con muchos, pero muchísimos votos. Por lo menos... mmm... 12. 

Ya, ya, ansiosos, ahora os digo cómo se vota. Pincháis aquí http://lablogoteca.20minutos.es/a-ti-que-te-cuento-40743/0/#vota. Os dirá que tenéis que identificaros como usuarios de 20 minutos para poder votar. Si estáis registrados, dabuten, entráis con vuestras claves, votáis y yo os tengo presentes en mis oraciones. Si no estáis registrados, pues lo hacéis, que tiene que estar chupao porque yo lo hice, votáis y yo os tengo presentes en mis oraciones. Con lo cual, ganamos todos.

Y yo esto lo tengo que ganar. Como dijo el sabio, por lo civil o por lo criminal