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sábado, 31 de diciembre de 2016

DIARIO DE UNA NAVIDAD. 3ª PARTE



VIERNES – Las estrenas

Voy a felicitar a los tíos. Ser la pequeña de la familia aún tiene alguna ventaja; una de ellas es que todavía me dan estrenas. Me hace la misma ilusión que hace veinte años. Y mucha más que hace treinta

SÁBADO Nochebuena

Hoy es el día de las felicitaciones, casi todas por whatsapp y facebook. Lo peor es cuando te curras la felicitación, la haces personalizada, te pones un poco sentimental, que es lo que pide el día, y recibes un “Gracias, igualmente”, o peor. Hoy recibo algunas felicitaciones que son una mierda

Celebramos Nochebuena en casa. Como siempre, sólo quedamos María y yo para cantar villancicos. Se me olvida sacar el Sansón. O algo

DOMINGO – Navidad

Soy como el burro del gitano; acostumbrada a comer poco, llega Nochebuena y me pongo mala. Creo que la historia del burro es otra, pero a mí me la contaron así

Pinterest me dice que tal vez me interese el tema “Salchichas”. Pues claro, Pinterest, claro que me interesan las salchichas. Pero mejor otro día

LUNES – La guerra de las galaxias

Hoy es fiesta, no sé por qué. Me recupero y ya puedo comer un poco más. Hoy vamos a casa de Raquel. Me da la sensación de que esta gente quiere cebarme

Parece ser que Star Wars es una peli típicamente navideña. Tampoco sé por qué. No he visto ni una, y decido empezar hoy. Sólo aguanto diez minutos. A este ritmo calculo que dentro de tres navidades habré visto las sesenta y ocho películas

MARTES – Las sobras

Empieza la carrera por los Reyes. Una época estresante y emocionante a la vez. De momento es sólo estresante. Escribo mis cartas y las entrego en mano. Esta parte tampoco tiene emoción ninguna

Las sobras de Nochebuena son inagotables. Creo que ese es el verdadero milagro de la Nochebuena

MIÉRCOLES – Los inocentes

Voy al colegio de abogados a llevar zapatos y ropa. Me gustaría pensar que todo eso llega a alguien que de verdad lo necesita. Y, como me gustaría pensarlo, pues lo pienso

En la radio del autobús suena la canción de Comando G y yo no entiendo nada. Pero de nada

Intentamos hacerle una inocentada a Vicente pero con mamá no hay manera, nos fastidia todas las bromas. Cree que así vela por su salud de hombre fumador en edad muy mala para recibir emociones fuertes

JUEVES - María

Voy a ver a Amparo. Me regalan una caja de Ferrero Rocher. Lo agradezco tanto que ya me como dos de camino a casa. Recojo a María y, en contra de mis principios, hago trampas en el trivial de Disney. Trampas para que gane ella, claro

Mamá esconde fatal los regalos. Qué poco profesional

VIERNES- Buen camino

Voy con Rogelio a La Barraca a comprobar los estragos del temporal. Podía haber sido peor. Vamos por naranjas a San Roque y me pongo las botas. Las botas de agua, y, aún así, me calo hasta los huesos

Recibo un Christmas de Taty que me hace muchísima ilusión. Viene con una sorpresa que me hace aún más ilusión

SÁBADO – Fin de año

2016 ha sido un buen año. Aparentemente nada ha cambiado, pero yo sé que sí. Y por eso hoy tengo aún más esperanza que nunca en el nuevo año.

Pienso en la gente que más quiero: en mamá, en Vicente, Raquel, los niños, Rogelio y Amparo. En los tíos y primos; cuántas nocheviejas pasadas juntos (nota mental: organizarlo mejor el año que viene). En papá. En la abuela. En mis amigos más queridos. Porque sólo pensando en las personas que quiero seré capaz de expresar con palabras lo que les deseo de corazón

Quiero que estén bien; bien de salud y bien con sus familias, en sus casas, en sus trabajos, bien con ellos mismos. Quiero que nada ni nadie les quite la paz. Que den alegría y les den alegría. Quiero que siempre tengan a alguien que les espere y a quien esperar. Que siempre tengan a alguien que les haga olvidar el dolor, aunque sea un dolor de tripa. Y que se rían mucho. Y que hablen mucho. Y que no defrauden a nadie. Quiero lo que ellos quieren. Quiero que estén conmigo siempre

domingo, 25 de diciembre de 2016

CUENTO DE NAVIDAD



En Belén ha caído una gran nevada. Sólo unos pocos conejos se atreven a salir de sus madrigueras, aprovechando que el granjero ha descuidado sus zanahorias. El lago se ha helado, y el pescador decide quedarse en casa, junto al fuego. Igual que el pastor, para quienes las ovejas son su mejor compañía. O el aguador. Algunos piensan que no hay nada ahí fuera por lo que merezca la pena salir de sus refugios

Pero a la mayoría no le asusta la nieve. Son aquellos que saben que algo grande está pasando. Tienen que salir a ver, tienen que salir a compartir una gran alegría con otras personas. Y desafían al frío porque el amor que trae ese Niño les dará la única esperanza de calor en un día helado. Es la gente que no tiene miedo de amar, que no tiene miedo de dar; gente pobre que sabe muy bien dónde está la felicidad, gente valiente que sabe quién es, y que su principal valor está en ellas mismas

Vienen de todas partes; unos de aquí al lado, otros de lejos, de muy lejos. Dos de nuestros visitantes se conocieron tres jornadas de camino atrás. Uno de ellos vio que su compañero de viaje, un hombre con la cabeza tan redonda como el resto de su cuerpo, iba dando todos sus bienes a personas que él creía que los necesitaban más. Así, a lo largo del camino, se fue quedando sin mula, sin provisiones, sin abrigo, y sin un cerdo cebado que era su mayor orgullo. Lo único que conservó fue un cesto de fruta, como presente para ese Niño cuyo nacimiento les había sido anunciado

Y el otro hombre no le preguntó quién era, ni de dónde venía, ni cuánto dinero llevaba en el bolsillo, ni en qué creía. Tampoco dejó que nadie le hablara de él. Simplemente vio que hacía el bien. Vio que en sus ojos, en sus palabras, en sus manos, había amor. Y había muchas cosas que no sabía, pero sí sabía distinguir a un hombre bueno. Y desde ese día lo llamó amigo

Juntos llegan a adorar al Niño. Y juntos se dan cuenta, al ver a aquel pequeño que ha nacido más pobre que ellos, de que el amor es lo único que puede salvarnos.

En un mundo tantas veces frío y hostil, Él es la vida. La paz que calma nuestros miedos. La luz en la oscuridad
 
 

viernes, 23 de diciembre de 2016

DIARIO DE UNA NAVIDAD. 2ª PARTE



SÁBADO.- La comida

Me paso la noche con un ojo abierto oyendo llover y caerse cosas por el viento. Da miedo. Tengo muchas ganas de levantarme a las siete

El portero me ayuda a meter en el taxi los cinco bolsones con la decoración para la comida. Justo bajo en el momento de mayor vendaval, cinco flores salen volando y las pierdo. Falta poco para que el taxista cierre la puerta del maletero con mi cabeza dentro. Y yo sólo quiero volver a meterme en la cama

La comida bien. Me las arreglo para que ninguna mesa se quede sin su centro. Por narices. Subo al escenario pero hay prisa y mis palabras se las lleva el viento. Literal. Entre mi voz de perro y ese micrófono odioso no sé ni lo que digo. Otra oportunidad perdida de convertirme en estrella

DOMINGO.- El trancazo

Estar enferma es un asco. Siento que estoy perdiendo el tiempo y me pongo de mal humor. Lluvia y viento, lluvia y viento

Vuelvo a ver Arsénico por compasión, empiezo a leer otro libro sobre el Camino de Santiago y veo un programa de la televisión gallega sobre la fiesta del marisco no sé dónde. Me apetecen mejillones

Bajo las cajas del Belén. Ya no sé qué hacer. Me aburro como una mona

LUNES.- Los Christmas

Hoy recibimos dos Christmas. Bueno, no, uno, que el de Cáritas no cuenta. Diego se extraña de que llamemos Christmas a las felicitaciones de Navidad, dice que nunca lo había oído. El inglés que no es inglés que se hablaba en mi época moza

Por la tarde acudo a la llamada del deber. El placer sigue sin dar señales de vida

Pendientes de la gota fría en Alzira. Se agradecen las llamadas de preocupación

MARTES.- El Belén

Termino de poner el Belén. Sólo me falta rematar alguna cosita. No me termina de gustar. Muevo un árbol, recoloco a dos aldeanos, pongo un poco más de musgo y está mucho mejor. En el Belén, como en la vida, cada figura tiene su sitio. Sólo hay que moverse hasta encontrarlo

Mamá dice que tengo los ojos mortecinos. Me siento como la heroína de una novela de Jane Austen. No. Como la pariente de salud delicada de la heroína. Esto lo arreglo yo con una temporada en Bath

 
MIÉRCOLES.- Los amigos

Alguien metió la pata hablando de mis reyes y tengo que salir del paso como puedo con María. Creo que está en ese momento en el que, a pesar de la evidencia, quiere seguir creyendo. Y no seré yo quien le diga la verdad. Al fin y al cabo, yo también sigo creyendo

Como con mis amigas y tomo algo con Rafa. De las dos reuniones tengo que irme corriendo para ir a hacer cosas menos importantes que charlar con amigos. Los trajines navideños me están confundiendo

JUEVES.- La lotería

Sólo me devuelven cuatro euros de una papeleta de una falla. Se la compré el otro día a un taxista. No sé ni dónde cae la calle ni lo pienso averiguar. Todo a la basura

Ayer hizo quince años y hoy diecisiete desde que tres longanicitas pelonas vinieron a mejorar el mundo. Hoy son tres muchachos con pelos en las piernas que siguen mejorando este mundo

Y recuerdo aquel día de Navidad, en el que mamá, Vicente y yo comimos en la cafetería del hospital. Fue una gran Navidad

viernes, 16 de diciembre de 2016

DIARIO DE UNA NAVIDAD. 1ª PARTE



MARTES.- El regalo

Este año me he apuntado a lo de Rey Mago por un día. Hoy he recibido la carta de mi niño. Tiene cinco años y está en una casa de acogida. Yo tenía la ilusión de comprar un Nenuco o una Barbie, algo de los clicks… Pero no, una tablet. Le compro una en el corte que seguro que le gustará. No puedo dársela personalmente por cuestiones de seguridad, y tendré que dejarla en la sede de la fundación. Muy frío. Lo entiendo, pero no deja de ser frío

No sufras, pequeño D., este año soy yo tu Rey Mago



MIÉRCOLES.- La bata

Paso la noche tosiendo y con mucho dolor de garganta, y me despierto igual. Mamá no me deja levantarme y me pongo a hacer las letras para el cartel de Feliz Navidad en la cama. No he nacido para las manualidades

Me llaman de AGM y me dicen que tengo que hacer la presentación el día de la comida. Porque, dicen, hablo muy bien y tengo mucho glamour. Me miro la bata manchada de pasta de dientes y mis zapatillas-vaca (una es Toliña y la otra Carrapucheiriña) y me pregunto dónde se me habrá caído el glamour. Acepto a condición de poder decir unas palabras de mi cosecha

A la hora de la comida mamá me dice, textual, que me tome un lingotazo para levantar el ánimo. Le digo que yo el ánimo lo tengo por las nubes, pero no me cree. A lo mejor es por la tos o por los ojos medio cerrados. No, va a ser la bata. Sí, definitivamente es por la bata. Esa bata tiene mucho poder, y mamá insiste en que me tome una copita de Sansón. Antibiótico, paracetamol y un lingotazo de Sansón. Si es que madre sólo hay una. Dudo entre darme al bebercio o salir por la puerta para ir a currar un rato. Decido pirarme

JUEVES.-Las hojas

Me empastillo de mañana temprano y ya hago vida normal. Por la tarde bajo al cauce del río en busca de hojas para mis centros de mesas. Sólo me encuentro runners, alguna pinta rara y muchas hojas NAPMM (no aptas para mi misión). Me llevo ocho hojas de ficus por no irme con las manos vacías. Por favor, ¿para el año que viene me pueden cambiar la flora del cauce del río de Valencia? Gracias

Voy por la flor número 41. Esto no hay dinero que lo pague. Me faltan sólo cuatro que terminaré mañana. Paso de la decoración de la comida de Navidad al Belén y tiro porque me toca. Yo y mis ideas de bombero. Me acuerdo de la madre que me parió y pienso si este no será un buen momento para darme a la bebida. Total, si ya ando haciendo eses. Vuelvo a descartarlo y me veo a las doce de la noche con una escoba en una mano y el limpia-todo en la otra. Hoy es uno de esos días en los que el mejor momento será cuando me meta en la cama

VIERNES.- La gota fría

Me dicen que ya no tengo que hacer de presentadora. No sé cómo, pero creo que han sabido lo de la bata. Adiós, palabras de mi cosecha. Hola, voz cazallera. El día promete

Tengo una cara malísima. ¿Dónde está el sol cuando se le necesita? ¿Dónde está la Virgen de Lourdes cuando se la necesita?

Termino de pintar las hojas de dorado. Nota mental: la pintura en spray no es mi amiga. Ya tengo todo listo para la comida de Navidad de los mayores y no sé cómo demonios voy a llevar todo esto. Pero sé que encontraré la manera

 

La gota fría ya está aquí, y me cago en cada vez que he dicho que hacía falta que lloviera. Si salgo de esta sin coger una neumonía iré a ponerle una vela a San Jerónimo. Espero que mañana nadie falte a la comida por el temporal


Voy a prepararme unas palabritas. Siempre hay que estar preparada