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domingo, 26 de febrero de 2017

LAS GANAS



Hoy pasé por su casa. Y me acordé de aquel piso del pueblo que, aunque les hubiera venido muy bien el dinero, no querían vender por si acaso, en un futuro…Y los dos murieron muy pronto y muy mal. Y me acordé de ese amigo, con muchos trabajos que no le hacen feliz y casi ningún tiempo libre, sólo por tener algo más en su jubilación. Pensé en el perfume que guardas para una ocasión especial; en el vestido nuevo que no te quieres poner por si se mancha; en el camisón más bonito que dejas para cuando estés enferma, y tengas que recibir a las visitas en la cama

Y, con los perfumes, los vestidos y los camisones, guardas las palabras y guardas las ganas. Y se te va la vida esperando otro momento que lo merezca más. Porque te crees mejor de lo que eres en realidad, y piensas que la vida te debe algo, cuando la vida ni siquiera sabe quién eres

Y, como hoy no toca día de aprendizaje, sigues guardando en un armario los vestidos nuevos y las ganas viejas. Esperando una ocasión mejor. Deseando que llegue mañana. Creyendo que eres distinta, y que hay grandes cosas esperando por ti

Y te quedas con las ganas

miércoles, 1 de febrero de 2017

GILIPOLLECES DE MODA DE LA A A LA Z: LA SAGA



Vuelve el clásico. Porque las gilipolleces al hablar de moda son infinitas. Pincha aquíaquí y aquí si te perdiste las primeras entregas. Si tienes cosas mejores que hacer, déjalas para luego

A. Athleisure. O sea, dar un uso más formal a las prendas deportivas. Por ejemplo, un pantalón de chándal con un abrigo de leopardo. O un vestido midi con deportivas y gorro de lana. Mirad, a mí es que el look deportivo sporty lamadrequeloparió como que no. Sólo os digo que el Camino de Santiago lo pienso hacer con falda

B. Bichos. Animalillos en los estampados: tigres, insectos, perros, gatos, pájaros o armadillos. ¡Un gato! Un animal que lo ves y sabes que le interesas cero. Polillas y moscas: me da igual que me las pinten de colores, lo único que me provocan es ganas de coger el flit. Paso

C. Comfy. Dios, qué cansinismo. Parece que haya miedo de ir bien vestido. Lo comfy va de jerseys y chaquetas amplios de punto, leggins y calzado plano. El típico plan peli-sofá-manta que confieso que no he vivido jamás. Soy mucho de pelis pero poco de sofá, así que ya me diréis para qué quiero la manta

D. Divertido. Y dale. Desde hace un tiempo parece ser que existe la moda divertida. A saber: un bolso con la cara de Porky, una sudadera de los pitufos o un vestido con ojos y boca. Voy a tener que revisar mi concepto de diversión

E. Ético. Sostenible. Slow fashion. Compra con principios, coño, que a saber quién ha tenido que morir para que tú puedas llevar ese vestido de veinte euros. Y cuidado, nada de estar sometido al estrés de seguir las tendencias, que eso ya no se lleva. Pues yo soy tope sostenible: uso ropa de cuando tenía catorce años, ropa que se compró mi madre en su viaje de novios, llevo ropa heredada y doy muchísima. Si eso no es sostenibilidad y ética, que baje Dios y lo vea

F. Followers. Me acuerdo de cuando en tiempos prehistóricos nos enseñaban inglés con Follow me. Ahora es un sígueme por tu madre te lo pido que así me dan cositas gratis y dinerito. Youtubers de moda e instagrammers nos enseñan lo que se han comprado en las últimas rebajas y eso mola que te cagas y le damos a like. Porque los likes determinan el valor de lo que dice una persona. Venga, gracias, siguiente

G. Genderless. O agender. Que no se distinguen géneros. Vamos, que ni hombre ni mujer, sino todo lo contrario. En la práctica, es que una mujer se vista con ropa de hombre. Boyish, tomboy, ni pa ti ni pa mi. Y aquí viene el verdadero drama: es el fin de las mariconeras, señores; ya hay bolsos unisex

H. Hippy. Boho, folk, neohippie, bohemio o folkie. Lo que viene siendo un jipilongui. Esto consiste básicamente en vestirte de indio, de vaquero o de Laura Ingalls y redondear la faena yéndote a un festival tipo Coachella

I. Influencer. Esto es una muchacha con muchos followers y muchos likes que hace que otras quieran comprar lo que ella lleva puesto. Influencers hay muy pocas. Ridículas que se autodenominan “influencer”, demasiadas

L. Layering. Capas o superposiciones. Ejemplos: un tutú encima de un pantalón, un vestido sobre un jersey, falda sobre vestido o corsé sobre abrigo. Todo muy natural. Y digo yo, si te entra un pis y tienes que ir al baño del bar, será mejor que corras, ¿no? O si, yo que sé, te quieres desnudar muy rápido, no se me ocurre ninguna razón, pero oye, puede ocurrir. Menudo agobio

M. Mix & Match. Es lo de mezclar cuadros azules y granates con rayas rojas y rosas y añadirle una chaqueta de flores multicolor. Si eres Candela Novembre en la Semana de la Moda de Milán es cool, pero si te lo pones tú donde vives, con suerte te echarán un euro y, mira, te da para llamar a tu madre desde una cabina

O. Off duty. Fuera de servicio. Que has cerrado el chiringuito y te quitas la ropa de trabajo. Te pones cómodo, vistes más informal, de una manera más relajada, de fin de semana…, todo más sencillo. A ver, off duty, que no sé cómo explicarlo en castellano

P. Pantone. Pantone, ahí donde la veis, está haciendo mucho daño, porque lo de “para gustos, los colores” ya no se puede decir tan a la ligera. Flame, greenery, hazelnut, bodacious, pale dogwood, spicy mustard, airy blue o primrose yellow no están mal, pero yo me quedo con el verde inglés, el gris paloma y el color semilla. El que menos me gusta es el color rata almizclera

R. Retro. Infelices… Creíamos que habíamos dejado atrás para siempre los ochenta y los noventa, y ahora se llevan los jerseys de cuello alto con media cremallera y arandelita, las mallas con faldas de tul, los choker, las cazadoras vaqueras con chapas, los vaqueros nevaos y sobaqueros, las hombreras, los brillos, los colores chillones, lazos y volantes… Tengo pesadillas

S. Skinny. Aplicado a las mujeres, no a unos pantalones. Chicas skinny, o slim, o xs frente a chicas curvy. Es decir, flacas y gordas. Porque cuando dicen curvy quieren decir gordas. Pobres gordas, vamos a llamarlas de una manera ridícula para que no se sientan ofendidas. En fin, si la autoestima depende de una palabra, ¡seamos curvys, qué coño!

T. Temporadas. Ya no existen. Lo de verano se lleva en invierno y al revés. Menudo invento. Eso ya lo hacía mi madre hace cuarenta y tantos años cuando le ponía a mi hermano abrigo, verdugo y bufanda con unos pantalones muy cortitos con todo el muslámen al aire. Y no vayas a Galicia en verano sin un par de jerseys. Bueno, yo sí, pero es que yo soy muy farruca

U. Ugly. Esto quiere decir feo. Pásate mañana por Zara, sin ir más lejos. ¡Nos quieren disfrazar, no lo permitamos! El granny style, por ejemplo: vestirte como tu abuela. Bueno, como tu abuela no, más bien como una abuela inglesa de los sesenta. No quiero vestir de abuela, no quiero vestir de hombre, no quiero vestir con chándal y sudadera con estampado de moscas y no quiero ponerme un jersey que me haga parecer Bob Esponja

V. Versátil. La versatilidad no está mal, pero es que ahora en moda todo es versátil. No te joroba, si el abrigo peludo de leopardo te sirve igual con chándal y zapatillas que con un vestido brilloso, que con el pijama, es que la versatilidad está muy baratita. ¿Alguna influencer en la sala? Necesito dirección espiritual

Z. Zapatos. Nunca una palabra significó tanto. Veamos: planaformas, kitten heels, botas OTK, brogues, botines Chelsea, peep toes, oxford, sneakers, slip on, bikers, pumps, flip flops, flatforms, mary jane, mules, slingbacks, slippers, flip thongs, stilettos, botines cut out, blúchers, ugly shoes, runners, flats, creepers, block heels, zapatos pointy (un “chúpame la punta” de toda la vida), track sole, furry flats, zapatos institutriz, taconazo, maxitaconazo, wallabees, derby shoes, high heels, sandalias lace up, botas army, botines cowgirl, y muchos, muchos más. Y yo que distingo mis zapatos por colores…