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sábado, 13 de abril de 2013

ME ENCANTA QUE LOS PLANES SALGAN BIEN



Yo tuve mi época de teleadicta. Me sabía cada programa que hacían en la tele, lo cual tampoco tenía mucho mérito teniendo en cuenta que sólo había dos cadenas, pero bueno. Y me encantaban las series. Lo que más. Por eso ahora, que hay tantas, y algunas muy buenas, se me hace raro no seguir ninguna. Hay series que en otro momento me habrían chiflado, pero son demasiadas en demasiados canales, más internet, y para mi es un mareo. Y tampoco tengo paciencia para sentarme a ver nada durante hora y pico. Pérdida de capacidades, lo llamo.

Algunas de mis series míticas son estas:

- V. La serie entre las series. Mi serie de referencia en mi tierna edad. Y una serie siempre unida a la Tele-Indiscreta. Pegatinas, pósters, figuritas, tebeos, carpetas, álbum de cromos que alguna desalmada me tiró a traición…, yo lo tenía todo. Y, cómo no, la pistola de cartón que te montabas tú mismo que una vez dieron con la revista. Eso te daba para toda una tarde. De la serie en sí no digo nada. Es pa verla

-Norte y Sur. Mi primer culebrón. Dramón, actores guapérrimos, amores imposibles, la guerra de Secesión, música inolvidable y cameos de actores como James Stewart, Gene Kelly o Jean Simmons. Y, encima, culturizaba

- Luz de luna. Con David y Maddie empezó eso tan típico de la tensión sexual no resuelta. Que cuando se resuelve suele quitarle todo el interés a la serie, por otra parte. Bruce Willis, aunque va camino de la tercera edad, sigue pegando tiros y dando mamporros, y Cybill Sepherd…sigue viva

  
- El gran héroe americano. En aquella época me partía de risa con Ralph Hinkley aprendiendo a volar. Hace unos años lo repusieron creo que en la Cuatro y no me hizo ninguna gracia. La vida misma, vamos

- El Equipo A. La serie donde nunca murió ningún maloso. Saltaban por los aires cosa mala, pero como mucho se hacían un esguince. Yo tenía (y tengo) la furgoneta del Equipo A en miniatura. Y el álbum de cromos. Y una debilidad especial por Murdock

- El coche fantástico. ¿Quién, en su sano juicio, no ha hablado alguna vez a su reloj, diciendo “Kitt, te necesito”? Y David Hasselhoff tan alto, tan atlético, tan guapito… A mi no me gustaba, pero reconozco que estaba buenorro. Cómo se estropean los cuerpos…

-Remington Steele. Este sí que me gustaba. Me gustaba mogollón. Pierce Brosnan era lo más. Y la verdad es que, de todos los protagonistas de estas series, es el único que se conserva potable

- Fama. Con esta serie empecé yo a apuntar maneras. Maneras de fan de los musicales y el bailoteo. En aquellos tiempos la fama costaba y se pagaba con sudor. Ahora sólo necesitas mucho morro y cero principios.

Es curioso cómo, a pesar de haber pasado tantísimos años, recuerdo perfectamente los nombres de los personajes de todas aquellas series. Mike Donovan, Danny Amatullo, Michael Knight, Maddie Hayes, Fénix, M.A., Leroy, Laura Holt, Hannibal Smith, Julie Parrish, Tyler, Diana, Coco, Bill Maxwell… Supongo que lo que vivimos en nuestra infancia se queda grabado a fuego en nuestro cerebro porque todavía está vacío de planes y preocupaciones. Cuando aún teníamos ganas de jugar, y no necesitábamos más que nuestra imaginación, estas series, y otras muchas, nos proporcionaron un material inagotable. Lo que daría yo por una pistola de cartón para volver a ser Julie y cargarme unos cuantos lagartos


5 comentarios:

  1. He actualizado para poner más fotos, y ya se descuadra todo cosa mala. Menudo timo

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  2. ¡Qué nostalgia! No sé qué marcará a los niños de ahora, si se acordarán de Los Simpson y poco más, porque hay demasiado para elegir. Si vieran las series que hay hoy, estarían las 24 horas pegados a la tele. Pero en los 80-90 todos veíamos lo mismo, a todos nos gustaba lo mismo, así que todos comentábamos lo mismo.

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    1. No les marcará nada porque tienen la cabeza saturada, están de vuelta de todo y enchufados a una máquina

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  3. Uno de mis recuerdos es ir camino de la playa e ir oyendo al pasar por las casa la musica del coche fantastico...¡¡¡Qué tiempos!!!

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    1. Claro, es que lo veía todo el mundo. Todo lo veía todo el mundo, y no hacían falta ni cuotas de pantalla ni shares ni ná

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