En el suelo había una cesta llena de hortensias y rama verde, destinada al adorno de los floreros; Nucha empezó a colocarla con la destreza y la delicadeza graciosa que demostraba en el desempeño de todos sus domésticos quehaceres. Julián, entre embelesado y afligido, seguía con la vista el arreglo de las azules flores en los tarros de loza, el movimiento de las manos enflaquecidas al través de las hojas verdes. Notó que caía sobre ellas una gota de agua, gruesa, límpida, no procedente de la humedad del rocío que aún bañaba las hortensias.
Los Pazos de Ulloa, Emilia Pardo Bazán
recargao escribía la gorda...
ResponderEliminarHala, ya habló el poeta
EliminarCreo que estoy dormida, o soy tonta,tampoco se puede descartar,lo he tenido que leer dos veces para entenderlo
ResponderEliminarA lo mejor no lo entendías porque tu móvil estaba bañado de gotas de agua gruesas y límpidas
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