La
vida no debería ser; la vida es. Es injusta y cruel. Inesperada. Como la muerte
y la enfermedad. Y ya hace días que la vida se me hace muy cuesta arriba. Como
subir la escalinata del peregrino en Sarria un miércoles de marzo a las cinco y
media de la mañana. Pero sin la posibilidad de recuperar el aliento, y con la
reserva de fuerzas cada vez más mermada
Fuerzas
para sostenerme y sostener; para consolar y para aceptar; y entender; y actuar.
Fuerzas para dejar que las preocupaciones de hoy adelanten a las de ayer, que
ya son mucho más pequeñas, pero que ahí siguen, esperando su turno
Y
yo que, ilusa de mí, buscaba un mes de abril. Que, después de un largo
invierno, ansiaba la cálida primavera. Y es ahora cuando siento más frío. No,
este abril aún no tiene buenas vistas
No me gusta leerte triste. Es verdad que hay penas, las que trae la vida, y que nunca nos acostumbramos a las partidas, pero aún queda mes de abril, y mucha vida.
ResponderEliminarTienes razón, aún queda mes de abril. Y mucha vida. ¡Gracias!
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