Nunca me lo pierdo. Es un clásico. Lo necesito en mi vida. Ya me conocéis: me gustan Austin y Ally, One Direction y los catálogos de juguetes. Hay vicios peores.
Este
catálogo, y todos los de juguetes en general, empiezan con las cositas para
bebés. Esta parte no me motiva. Sólo me recuerda a aquel día, hace unos trece
años, en el que vine andando desde no sé dónde con dos correpasillos, una caja
en cada mano, y no terminé echando los músculos de Bustamante porque Dios no lo
quiso. Eso sí, los dedos como muñones. Paso hojas rápidamente y llego a las
muñecas. Esto se pone interesante.
A
ver qué hay por aquí…, este, el Baby Born
Interactivo. Toma papilla, bebe del biberón, llora, se puede bañar, abre y
cierra los ojos y hace pipí y, textual, popó. Y, asombrosamente, para hacer este
mogollón de cosas flipantes, no necesita pilas. Igual que mi Nenuco de hace
treinta años. No te jodroba lo que ha avanzao el mundo juguetil…
Oh,
un Nenuco bizco y otro que suda y moquea. Echo en falta uno con diarrea y que
se tire pedorros. A ver… No, este año no hay. Fallo imperdonable.
Aquí
tenemos algo. ¡Es Caca Max, el
perrito más sinvergüenza! Se tira pedos y hace caca. Pero bueno, el Corte está
desatao; hace unas páginas decía “popó” y ahora ya se desmelena y dice “pedos”
y “caca” en la misma frase. Ay, picarones…
Avanzamos
y nos acercamos a, pues…, como más mi edad, ¿no? Las Nancys. Estos
inconscientes te ponen en la misma página las nancys actuales, que son
prepúberes de cara abesugada, y las nancys de mi época, mujeres con muslamen
que las ves y sabes que te dan mil vueltas en todo. O sea, la Nancy Duerme al Bebé
con la Nancy Mulata minishorts. No
hay color.
¿Barbie?
Demasiado rosa y demasiado brillante. ¿Las Monster High? Demasiado muertas. ¿Las
Barriguitas? Demasiado quecoñoesesto. Unos perritos con peluca que meten mucho
miedo y seis páginas de Frozen. Hazme un
muñeco de nieveee
Pasando
hojas me encuentro con el tipo de juguete que a mí me da pena. ¿Por qué me da
pena y hasta cierta congoja? Pues porque pienso que ningún niño lo va a querer.
Y, en el hipotético caso de que un niño lo reciba, suele ser por una de estas
dos causas: o porque se lo ha regalado la típica madrina viejuna solterona que
no tiene ni idea de lo que le gusta a los niños, llega a la juguetería
preguntando por un juguete para una niña de 11 años y el dependiente le suelta
lo que no vende ni a tiros, o bien, porque a ese niño le ha entrado una vena
extraña que le ha hecho aficionarse a los bichejos, afición que sólo le va a
durar dos meses y diecisiete días, después de los cuales el sueño de sus padres
de que el chaval se convierta en un cerebrito se va a la basura junto con tres
cuartas partes de un microscopio, una lupa y un tubito con algo dentro que es
mejor no averiguar.
Otros
juguetes que no suelen llegar enteros a Semana Santa son los de manualidades y
esos tan repelucosos de hacer comidas. Chucherías, macarrones, figuritas de
chocolate, zumos, helados y hasta pizzas. Gracias a Dios que no llegan al
verano, que ya hay suficientes intoxicaciones.
Me
gustaría rezar una oración por El Mundo
Prehistórico de los Triops, Cristalcefa
Plus y Los Mayores Experimentos de la
Ciencia. Sin olvidarme de Kit
Completo de Superespía. Mucho ánimo a todos.
Juegos
de mesa. Operación, Intelect, Monopoly,
¿Quién es quién?, Trivial, Simón,
Cluedo… Los juguetes de hoy en día han cambiado tanto, ¿verdad?
Voy
llegando a la parte de mis más favoritos juguetes: los clicks. Sí, los Playmobil. Apártate de mi vista. Antes
pasamos por sus rivales, los Lego.
Legos o clicks, Beatles o Rolling. WTF?
Me
está quedando muy largo, ¿no? Bueno, pues rapidito. Figuritas, Pac-Man, Power Ranger (¿todavía?), las
tortugas Ninja, Pokémon, súper
nuevo todo, los clicks, no coñozo, el fuerte de Comansi, ya no sé ni en qué año estamos, los Minions, Spiderman, Minecraft y la madre que lo parió, cosas
aburridas de niños, pelis, libros y videojuegos. Y el catálogo termina con una
carta para Papá Noel y dos para los Reyes Magos. Curioso.
Me
acabo de chupar el catálogo de juguetes del Corte en exclusiva para el blog. Y
me ha entrado sueño. Ni nostalgia, ni ansia viva ni ganas de darme a la bebida.
Puro aburrimiento. Y algo en que pensar: ¿nada es lo que era? No. Todo es lo
que era. Menos nosotros
Ja, ja, ja, ja ... cómo me he reído (salvo con el final, claro). Por mucho que se empeñen, a las niñas les seguirán gustando las muñecas y a los niños los balones (es mucho reducir, ya lo sé). Lo malo es que llega un día en el que el catálogo de juguetes no te hace ninguna falta. Con uno de consolas y videojuegos, te sobra.
ResponderEliminarLo peor llega cuando ya no hay catálogo que te oriente. Justo cuando más se necesita
EliminarYo también miro siempre el catálogo, aunque no tan a fondo.
ResponderEliminarRecuerdo viejos tiempos diciendo: " me lo pido"
¡Me lo pido! Jo, tenía que haber titulado así la entrada. ¿O ya he usado ese título? De verdad que a veces no me aclaro ni conmigo misma
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