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sábado, 13 de enero de 2018

CRÓNICA DE LAS NAVIDADES PASADAS



La comida

Me levanto a las 6 y termino de meter botes, estrellas y demás adornos en dos maletas y dos maxi bolsas. Pienso en lo que tengo por delante y me dan ganas de volverme a acostar y que salga el sol por Antequera. En lugar de eso me voy a montar la decoración de la comida de Navidad de AGM. Que para eso llevo meses currando


Este año estoy especialmente contenta. El trabajo, el cansancio, paseos arriba y abajo y quebraderos de cabeza han merecido la pena, y la decoración ha gustado mucho. No tengo remedio y ya estoy pensando en la del año que viene. Pero lo mejor, como siempre, ha sido estar con los mayores y otros voluntarios. Cuánta buena gente

Resulta que lo que tenía por delante era un día fantástico

Los Reyes adelantados

Voy con Raquel a la casa de acogida a hacer la entrega de regalos a los niños. No está muy bien organizado y al menos una niña se queda sin regalo. Le pregunto qué había pedido en su carta. Una camiseta, me dice. Una camiseta que, o nadie compró o nadie se preocupó de que le llegara. Me siento impotente. Ojalá pudiera hacer aparecer esa camiseta como por arte de magia. Mierda

Con la ilusión de un niño no se juega. Digo más: no se juega con la ilusión de nadie. Pero jugar con la ilusión de un niño, y en Navidad, está en el top 5 de las cosas más rastreras de la vida y del mundo

Lo de mis patines daría para escribir un libro. Uno en el que todo se conjuga para hacer que la protagonista sea una pobre desgraciada. Me voy a casa muy desilusionada. Me quedo con el rato que he pasado con ese grupo de niños, merendando y charlando. Y pensando que no debo dar nada por seguro, y que abrir los ojos, y los brazos, a realidades distintas de la de uno mismo es uno de los ejercicios más sanos que hay

El cumpleaños

Hoy, hace 18 años, pasábamos de la lotería de Navidad porque estábamos viendo nacer a Garbancito y Pulgarcito

En estos años han pasado de ser “los niños” a “los chicos”, han pasado de encontrarme graciosa a encontrarme pesada (pues no les queda ni ná), y han pasado los años sin darme cuenta. Tanto que, a veces, les pregunto: “Oye, ¿tú cuándo creciste?”

Me gustaban cuando eran pequeños, me gustaban mucho, pero, ya que no se puede parar el tiempo, y, si tienen que ser mayores de edad, pues, oye, estoy feliz de que sean como son. Y es que sin ellos nuestra vida sería, pero sería mucho peor

Hoy, como cada año, la lotería pasa de nosotros

Nochebuena

Tengo una lista de tareas y otra de marrones, y la segunda está empezando a ser demasiado larga. Por la cuenta que me trae me ciño a la de tareas y salgo a la calle dispuesta a ser empujada, pisada y hasta timada

Aunque nos demos los regalos en Reyes, tengo que aprovechar cualquier momento para adelantar la echada de cartas. Uy, como Rappel. Hago muchas colas y tengo ganas de llorar. Pero no lloro. Pero es que tengo ganas. Pero no. Amancio, por Dios, ¿es que no te llegan los millones para poner más dependientes, caray?

El camino que lleva a Belén
yo voy marcando con mi viejo tambor.
Nada mejor hay que yo pueda ofrecer.
Su ronco acento es un canto de amor
al Redentor, al Redentor.
Cuando Dios me vio tocando ante Él
me sonrió


Nochevieja

Pienso en este año que dejamos atrás con una sonrisa. He sufrido, y ha habido días muy malos, pero los he sobrellevado con serenidad. Me he encontrado con personas fabulosas y con algún que otro imbécil, pero de estos ya no recuerdo ni el nombre. He hecho unas cuantas buenas obras y cosas de las que no estoy orgullosa, pero intento mejorar. He estado en sitios preciosos y me han hecho un par de fotos en las que salgo espectacular. Y sí, no tengo abuela y cada vez me quiero más

Apunte gastronómico del día: sucumbo al turrón Suchard. Pero hasta el fondo. Me atraganto con la tercera uva. Consigo remontar y tengo asegurada la suerte hasta la próxima lotería de Navidad como mínimo

Víspera de Reyes

Mamá está resfriada. Vuelve a extrañarse de este fenómeno, porque, dice, ella no se resfría nunca. Lleva diciéndolo como quince años. Cada vez que se resfría

Yo, en cambio, estoy sana como una manzana. Ya me lo dice un desconocido por la calle: “¡Qué sana estás, cariño!” Me parece que médico no era, pero vaya ojo. Estuve riéndome unos doscientos metros

Doy las últimas vueltas de Reyes pensando en qué regalar a los más rezagados. Y me frustro, porque pienso en lo que quiero para ellos, y eso no lo venden en ningún sitio. Escribo mentalmente una carta alternativa a los Reyes

Mañana me levantaré nerviosa y emocionada. Emocionada al darme cuenta de que, a pesar de los años y a pesar de los desengaños, aún puede seguir naciendo en mí la ilusión de un niño. Esa ilusión que no entiende de lógica ni razón, sino que proviene de la capacidad de dejarse sorprender, de desear, de esperar y de creer

Para que luego digan que los Reyes Magos no existen


4 comentarios:

  1. Veo que has pasado una navidad estupenda. Aunque nos agobiemos pensando en todo lo que hay que hacer y comprar, lo importante es pasar estos dias con la familia y es lo que recordamos.

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  2. Mejor resumido, imposible. Faltaría el cumpleaños de otro sobrino, y añadir que la niña tuvo su camiseta y la otra, sus patines al día siguiente. Somos muy sensibles, no sé si es bueno o malo. A medias, supongo.

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    1. Uy, faltan muchas cosas, pero no querrás que mi vida sea un libro abierto, ¿no? :)

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