La comida
Me
levanto a las 6 y termino de meter botes, estrellas y demás adornos en dos
maletas y dos maxi bolsas. Pienso en lo que tengo por delante y me dan ganas de
volverme a acostar y que salga el sol por Antequera. En lugar de eso me voy a
montar la decoración de la comida de Navidad de AGM. Que para eso llevo meses
currando
Este
año estoy especialmente contenta. El trabajo, el cansancio, paseos arriba y
abajo y quebraderos de cabeza han merecido la pena, y la decoración ha gustado
mucho. No tengo remedio y ya estoy pensando en la del año que viene. Pero lo
mejor, como siempre, ha sido estar con los mayores y otros voluntarios. Cuánta
buena gente
Resulta
que lo que tenía por delante era un día fantástico
Los Reyes adelantados
Voy
con Raquel a la casa de acogida a hacer la entrega de regalos a los niños. No
está muy bien organizado y al menos una niña se queda sin regalo. Le pregunto
qué había pedido en su carta. Una camiseta, me dice. Una camiseta que, o nadie
compró o nadie se preocupó de que le llegara. Me siento impotente. Ojalá
pudiera hacer aparecer esa camiseta como por arte de magia. Mierda
Con
la ilusión de un niño no se juega. Digo más: no se juega con la ilusión de
nadie. Pero jugar con la ilusión de un niño, y en Navidad, está en el top 5 de
las cosas más rastreras de la vida y del mundo
Lo
de mis patines daría para escribir un libro. Uno en el que todo se conjuga para
hacer que la protagonista sea una pobre desgraciada. Me voy a casa muy
desilusionada. Me quedo con el rato que he pasado con ese grupo de niños,
merendando y charlando. Y pensando que no debo dar nada por seguro, y que abrir
los ojos, y los brazos, a realidades distintas de la de uno mismo es uno de los
ejercicios más sanos que hay
El cumpleaños
Hoy,
hace 18 años, pasábamos de la lotería de Navidad porque estábamos viendo nacer
a Garbancito y Pulgarcito
En
estos años han pasado de ser “los niños” a “los chicos”, han pasado de
encontrarme graciosa a encontrarme pesada (pues no les queda ni ná), y han
pasado los años sin darme cuenta. Tanto que, a veces, les pregunto: “Oye, ¿tú
cuándo creciste?”
Me
gustaban cuando eran pequeños, me gustaban mucho, pero, ya que no se puede
parar el tiempo, y, si tienen que ser mayores de edad, pues, oye, estoy feliz
de que sean como son. Y es que sin ellos nuestra vida sería, pero sería mucho
peor
Hoy,
como cada año, la lotería pasa de nosotros
Nochebuena
Tengo
una lista de tareas y otra de marrones, y la segunda está empezando a ser
demasiado larga. Por la cuenta que me trae me ciño a la de tareas y salgo a la
calle dispuesta a ser empujada, pisada y hasta timada
Aunque
nos demos los regalos en Reyes, tengo que aprovechar cualquier momento para
adelantar la echada de cartas. Uy, como Rappel. Hago muchas colas y tengo ganas
de llorar. Pero no lloro. Pero es que tengo ganas. Pero no. Amancio, por Dios,
¿es que no te llegan los millones para poner más dependientes, caray?
El camino que lleva a
Belén
yo voy marcando con mi
viejo tambor.
Nada mejor hay que yo
pueda ofrecer.
Su ronco acento es un
canto de amor
al Redentor, al Redentor.
Cuando Dios me vio
tocando ante Él
me sonrió
Nochevieja
Pienso
en este año que dejamos atrás con una sonrisa. He sufrido, y ha habido días muy
malos, pero los he sobrellevado con serenidad. Me he encontrado con personas
fabulosas y con algún que otro imbécil, pero de estos ya no recuerdo ni el
nombre. He hecho unas cuantas buenas obras y cosas de las que no estoy
orgullosa, pero intento mejorar. He estado en sitios preciosos y me han hecho
un par de fotos en las que salgo espectacular. Y sí, no tengo abuela y cada vez
me quiero más
Apunte
gastronómico del día: sucumbo al turrón Suchard. Pero hasta el fondo. Me
atraganto con la tercera uva. Consigo remontar y tengo asegurada la suerte
hasta la próxima lotería de Navidad como mínimo
Víspera de Reyes
Mamá
está resfriada. Vuelve a extrañarse de este fenómeno, porque, dice, ella no se
resfría nunca. Lleva diciéndolo como quince años. Cada vez que se resfría
Yo,
en cambio, estoy sana como una manzana. Ya me lo dice un desconocido por la
calle: “¡Qué sana estás, cariño!” Me parece que médico no era, pero vaya ojo.
Estuve riéndome unos doscientos metros
Doy
las últimas vueltas de Reyes pensando en qué regalar a los más rezagados. Y me
frustro, porque pienso en lo que quiero para ellos, y eso no lo venden en
ningún sitio. Escribo mentalmente una carta alternativa a los Reyes
Mañana
me levantaré nerviosa y emocionada. Emocionada al darme cuenta de que, a pesar
de los años y a pesar de los desengaños, aún puede seguir naciendo en mí la
ilusión de un niño. Esa ilusión que no entiende de lógica ni razón, sino que
proviene de la capacidad de dejarse sorprender, de desear, de esperar y de
creer
Para
que luego digan que los Reyes Magos no existen
Veo que has pasado una navidad estupenda. Aunque nos agobiemos pensando en todo lo que hay que hacer y comprar, lo importante es pasar estos dias con la familia y es lo que recordamos.
ResponderEliminarHombre, estupenda, estupenda..., no me quejo;)
EliminarMejor resumido, imposible. Faltaría el cumpleaños de otro sobrino, y añadir que la niña tuvo su camiseta y la otra, sus patines al día siguiente. Somos muy sensibles, no sé si es bueno o malo. A medias, supongo.
ResponderEliminarUy, faltan muchas cosas, pero no querrás que mi vida sea un libro abierto, ¿no? :)
Eliminar