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lunes, 19 de marzo de 2018

PADRE SÓLO HAY UNO


Esta foto muestra a una típica familia en los años 80: padre, madre y tres hijos



Si hoy hiciéramos una foto de la misma familia, veríamos que el padre ya no está. Bueno, vosotros diríais que no está; yo diría más bien que no aparece en la foto, porque, estar, está

En aquellos años, mis hermanos ya habían pasado esa etapa, pero yo seguía haciéndole a mi padre, pues los típicos regalos del día del padre. A saber, una carta felicitándole de parte de su hija (no “Cristina”, no: “tu hija Cristina”), un dibujo indefinible junto a la leyenda “Para papá” con al menos dos pes mirando pa Cuenca, o una manualidad absurda consistente en un montón de palillos pegados a una cuartilla formando vete a saber qué. En ocasiones, la señorita nos hacía escribir “Te quiero papá”, y se escribía porque lo decía la seño y porque era tu padre, cómo no lo ibas a querer

Mi padre conservaba todos estos regalos de sus hijos como unos preciados tesoros. Porque para él lo eran. Pero es que a mí eso no me basta; yo hubiera querido sentarme al lado de mi padre, abrazarle y decirle mirándole a la cara “Te quiero mucho, papá. Muchísimo”. Y creo que nunca lo hice. Porque de la etapa de seguir los dictados de la señorita, pasé a la de “uy, qué vergüenza decirle a mi padre que le quiero, además, si él ya lo sabe”. Y ahí me quedé, como una pasmona que no pensaba que no iba a tener tiempo de madurar lo necesario para ser capaz de decirle a su padre cuánto le quería. Y lo único que acertó a hacer esta pasmona fue regalarle una concha de vieira sobre una peana de concha, con un montón de caracolas pegadas bastante mejor que aquellos palillos, comprada en La Toja en el viaje de fin de curso, haciendo mías unas palabras que otra persona escribió

Y es que con los años se aprenden muchas cosas, entre ellas a querer. Y, si hubiera un tutorial con los diez pasos para querer bien a alguien, uno de ellos sería “Díselo”. Díselo cuando veas que lo necesita, díselo cuando se te hinche el pecho de amor por esa persona, díselo como una forma de agradecimiento. Claro que sabe que le quieres, pero es que a veces lo hacemos tan mal que al otro se le puede olvidar, y con razón. Y oye, que a todos nos gusta saber que nos quieren. Pero saberlo, saberlo, porque ha salido de su boca, y no por sospechas o porque tiene que ser así

Dentro de pocos meses podré decir que he pasado la mitad de mi vida sin mi padre. Pero no lo diré. Y no lo diré porque no lo siento así. Porque ni él se ha ido de mí ni yo de él. Porque dentro de cien años, cuando ya nadie se acuerde de él, y ya nadie se acuerde de mí, él seguirá siendo mi padre y yo seguiré siendo su hija. Y hoy, día del padre, puede que el mío no salga en la foto, y puede que no haya habido regalos, pero sí tengo un mensaje para él. Ahí va:

-Papá, me pasaría los próximos diez años pegando palillos en cuartillas como si no hubiera un mañana, con los dedos llenos de pegamento despellejados sólo por poder estar contigo cinco minutos. Fíjate si te quiero. Hasta sería capaz de regalarte una taza del Wonderful ese. No, no, espera, aún más. No sé si decirlo. Venga, lo voy a decir, pero que conste que me estoy pillando los dedos. Te quiero tanto que sería capaz de colgar en Facebook una foto de un padre y una hija random con dos frases moñas y otra deseando Happy Father´s Day to everyone. Esto y lo del pegamento es un poco fuerte, pero lo haría. Porque es que te quiero mucho, papá. Muchísimo






8 comentarios:

  1. Con los ojos llenos de lágrimas leo el post de hoy. Lo comparto al 100%.
    Me consuela pensar que, igual que yo veía el amor de mi padre en una mirada, en un abrazo, en un gesto, en un desvelo....él lo vería igual aunque no se lo dijera con palabras.

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    1. Estoy segura de que tu padre lo veía. ¿Sabes?, estoy pensando en esa gente que quiere muchísimo de boquilla, pero exagerao, y sus actos demuestran todo lo contrario. Pues eso
      Mil gracias por tu comentario

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  2. Por cierto, podrías haber elegido una foto en la que tu hermana no apareciera como el toro de Barreiros, ja, ja, ja. ...

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    1. Ya, pero en esa época mi hermana salía con esa cara en todas las fotos, y yo estaba monísima. Así que, qué quieres que te diga, entre tú y yo, en este caso, pues yo ;)

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  3. Se me agotaron las palabras. Pero no se me agotaron los TE QUIEROOOOOOO.

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    1. Y a mí no se me agota la emoción al recibirlos. Y que nunca se nos agote nada, Taty. Y menos el champú ;)

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  4. Preciosas palabras Vicente. Y un sentimiento compartido para todos los que perdimos a nuestro padre, aunque no lo sepamos expresar de una forma tan hermosa como tú.

    Un saludo.

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    1. Muchas gracias, Antonio. Lo he escrito yo, que soy la hermana de Vicente, la pequeña de la foto :). Muchas gracias por tu comentario; cuando escribes algo con el corazón, es una alegría saber que llega al corazón de otra persona. Un abrazo

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