Vistas de página en total

viernes, 5 de julio de 2019

ESES TEUS OLLOS


Hoy os voy a contar una historia. Es una historia de amor. No un amor épico, de esos que te cambian la vida, sino más bien un amor de esos que te cambian el día. Un amor que pocos entenderán, pero que tampoco necesita ser entendido

Es el amor por una tierra, por un pueblo. Uno que es como un novio no demasiado guapo, que de vez en cuando te da disgustos que siempre acabas perdonando, y que muchas, muchas veces te harta y te aburre tanto que no entiendes cómo sigues volviendo a él. Pero es que le quieres, y no lo puedes evitar

Y yo quiero a este pueblo por todo lo que me da. Por cómo me hace sentir, y por cómo me hace ser. Y lo más bonito de este amor es que nace de pequeños acontecimientos que para la mayoría pasarían inadvertidos, pero que tienen un impacto grande en mí

Una feria del 20, un banco frente al río, una sesión de mirto, un misterio sin resolver, una tapa de tortilla y otra de raxo, una banda de música, una pantalla de móvil hecha pedazos, un abrazo de unicornio, Roma y París, un pasodoble, unas flores de San Juan y que 24 años no es nada. Una noche alfombrada de flores y risas. Una foto para recordar

E se chove, deixa chovere. Porque la lluvia sigue cayendo mansa

2 comentarios:

  1. Pues me alegro mucho por tí. Por tener pueblo, algo que muchos añoran, y por saber ver, ilusionarte y disfrutar de las pequeñas cosas. El pueblo de uno es su infancia, además

    ResponderEliminar