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miércoles, 16 de octubre de 2019

MI AMPARO


Se ha muerto mi Amparo. Cuando la conocí, hace cinco años, yo era sólo su voluntaria. Hace ya mucho tiempo que además era su amiga

Y cinco años dan para mucho. Aunque ella hablara poco, y recordara todavía menos. Porque frente a aquellos que hablan, y hablan, y hablan, y qué poco dicen, Amparo, con sus “hola bonica”, “¿cómo está la mamá?” o “¿ya te vas?”, decía todo lo que dos amigas necesitan decirse

Una persona que, pese a su enfermedad y a la dificultad para explicarse, con sólo una frase era capaz de darme una lección de vida de esas que te dejan un buen rato reflexionando. Porque para ella la vida ya era muy simple; ¿para qué preocuparse? Eso sí, sufría cuando consideraba que estaba dando trabajo a sus hijos. ¡Dios mío de mi vida, cuántos padres sufren por eso! ¿Y qué clase de hijos seríamos si les diéramos la razón, aunque sólo fuera en nuestros pensamientos más profundos?

Últimamente había empeorado mucho. Mucho y muy rápido. Cuando volví a verla a la vuelta del verano me dio un abrazo, pero apenas habló. Yo le acariciaba el pelo y le cogía la mano, pero no reaccionaba a nada. De repente me dijo “Perdona, cariño”, y eso me mató. La semana siguiente estaba mucho peor; ya estaba sufriendo mucho, día y noche, y lo único que aceptó fue que le diera la mano. Yo trataba de tranquilizarla, diciéndole que la quería mucho, y que estábamos todos allí. Llorando y sonriéndole a la vez. Y ella sólo dijo una cosa, apenas inteligible: “No os vayáis”

De la última vez que la vi prefiero no acordarme. Ya no era ella. No… No, claro que era ella. Y precisamente porque era ella dolía tanto verla así. Era ella en el momento quizá más vulnerable, más frágil de su vida. Era ella en el momento en el que más necesitaba el amor de su familia. Y lo tenía, ya lo creo que lo tenía

Ya estás en tu casa, Amparo; esa a la que tantas veces me dijiste que tenías que volver. Y estás en mil sitios a la vez. Y en mil momentos a la vez. Descansa en paz. Lo tienes bien merecido

4 comentarios:

  1. Que la llames "tu" Amparo dice mucho de ti. Y lo demás dice mucho de tu generosidad, de tu entrega y, en definitiva, de tu capacidad de dar amor a los demás. Que Dios la acoja en el cielo

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    1. Eres demasiado generosa, ya quisiera yo ser así. Se fue con todas sus estampas; de su Sagrado Corazón y su Virgen de los Desamparados nunca se olvidó

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  2. Ahora descansa en paz. Tú hiciste que sus últimos años fueran más felices.

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    1. Estoy segura de que descansa en paz. Y ya era hora. Muchas gracias

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