Vistas de página en total

sábado, 10 de mayo de 2014

GUAYOMINÍ



Eurovisión ya no es lo que era. Me refiero a los tiempos en los que sabías más o menos donde caían todos los países que participaban, en los que quien ganaba lo hacía por cantar bien y no por dar la nota y en los que las votaciones eran emocionantes porque no se alargaban hasta el infinito debido a los votos de países que ni siquiera participan.

Los tiempos en los que la gente cantaba en el idioma de su país, en los que no había tanta cantidad de países en Europa para confusión de unos pequeños estudiantes de Geografía que ni siquiera saben dónde cae Albacete, y en los que nadie se atrevía a ir a Eurovisión a hacer el ridículo, porque era algo un poquito serio.

Mis primeros recuerdos de Eurovisión son Enséñame a cantar y Bailemos un vals. Yo pensaba que José Vélez era hermano de Julio Iglesias, y la de Micky es la primera canción que me recuerdo cantando. ¿He dicho que nadie se atrevía a ir a Eurovisión a hacer el ridículo? Vaya, no me acordaba de Remedios Amaya. Tan ochentera, tan descalza, tan gitana ella.

Con La Década Prodigiosa empezó mi época de súper afición a Eurovisión. Yo es que era muy fan de la Década. Y cuando digo muy fan, quiero decir muy, muy fan. Mucho. Mogollón. Exagerao. En realidad, mi época de súper afición duró cuatro años: la Década Prodigiosa, Nina, Azúcar Moreno y Sergio Dalma. Me acuerdo de que me dedicaba a escribir en una libretita el nombre del cantante de cada país y lo que me había parecido la actuación. Normalmente el que ganaba a mí me había parecido un truño, pero, qué queréis, no soy un Uribarri. Soy más bien… un Íñigo.

A esto siguieron unos años absurdos en los que sólo quiero acordarme de Anabel Conde… hasta que mandamos a David Civera y la cosa volvió a animarse. La apoteosis llegó con Rosa. Impagable actuación con Bisbal haciendo los coros y bailoteando como en los tiempos de la orquesta Expresiones. Yo aquel día tenía una boda y para mí fue un desastre: “¿Cómo voy yo a perderme la actuación de Rozaojúmequivocao?” Gracias que aún quedaba gente solidaria en el mundo y mientras tomábamos el aperitivo en el jardín apareció una tele como por arte de magia. Aquel fue el segundo momento más divertido de la boda.

Después vinieron otros años para olvidar, en los que logramos nuestro momento culminante de ridículo con el Chikilicuatre. Hay que reconocer que representaba muy bien en lo que se ha convertido gran parte de España, pero ¿de verdad queremos que todos lo sepan? ¿Hasta en Azerbaiyán? De los últimos años me quedo con Daniel Diges, y su Algo pequeñito con espontáneo incluido, y con Pastora Soler. Si es que lo único que se pide es dignidad, caray.

Y me voy ya que acaba de empezar Eurovisión. La canción que lleva España la oí una vez y me pareció un horror, lo cual no quiere decir nada. Al final será lo de siempre: Portugal (va, Portugal, que si tú no nos das nada, apaga y vámonos) nos tiene manía, Grecia (venga Grecia, que llevamos un siglo aguantando a la griega y su familión), cero points, países tipo Bielorrusia, Montenegro y Armenia, ni les prestaremos atención, Suiza (coño, que eso está lleno de españoles, que se note, ¿no?) nos dará 4 puntos, y así más o menos todo. Y Eurovisión acabará como siempre: “Esto es todo política. España debería retirarse, menudo tongo”. Pero volvemos a caer. Y yo vuelvo a caer


 

4 comentarios:

  1. Pues imagínate que yo me acuerdo de Betty Misiego y de Paloma San Basilio. Sí, fueron a Eurovisión aunque ahora parezca increíble. De Julio Iglesias no me acuerdo, pero lo he visto muchas veces en la tele y como si lo hubiera visto. Y de Abba, me acuerdo ¡madre que viejísima soy! Es lo malo de Eurovisión, que te recuerda los años que tienes.

    ResponderEliminar
  2. Yo de Betty Missiego me acuerdo, pero más por las veces que lo han sacado después. Paloma San Basilio por supuesto, es muy posterior. Me acuerdo de que Chipre, o Turquía, no me acuerdo bien, nos dio 12 puntos.

    En cuanto a los años, ya hay demasiadas cosas que nos lo recuerdan

    ResponderEliminar
  3. Yo vi un ratito el sábado y no me gustó ninguna canción.
    La de España tampoco.
    Y si parece que últimamente gana quien más da la nota.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. También es verdad que la nota hay que saber darla. No vale cualquier nota. Si hay algún secreto, aquí no lo hemos descubierto

      Eliminar