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martes, 9 de septiembre de 2014

¿EL FINAL DEL VERANO LLEGÓ Y TÚ PARTIRÁS?



Tú ahora abres una revista y no hay ni una que no te diga cómo puedes alargar el verano. Se supone que en verano hemos adquirido buenos hábitos y queremos mantenerlos. Para empezar, eso es mucho suponer. Porque, a ver, tomar el sol y bañarte en la playa no es un hábito, y, además, yo lo hago casi todo el año. Y comer como una condenada, que es lo que yo he hecho, no es un hábito que quiera mantener. Será que yo soy una rara. Sí, es eso.

Para los que no sois unos raros en este aspecto, porque fijo que sois raros en algo, esto es lo que recomiendan:

En verano las parejas están más relajadas y tienen más tiempo para hacer lo que quiera que hagan las parejas. Pues ahora reservaos un rato a la semana para seguir haciendo lo que quiera que hagáis. Yo de eso no sé nada. Sálvese quien pueda

Los hijos. Aquí me parto. Dice la revista que en verano los niños andan por ahí medio asalvajados, sin tele, sin móvil, sin consolas, sin decir que se aburren, sin pedir que les compren cosas… ¡Ja! ¿En qué mundo viven? ¿Han visto alguna vez a un niño a menos de cinco metros? ¿Se han quedado anclados en Veranoazullandia? Bien mirado, esto tiene sus ventajas, y es que los niños no notan el cambio. Y tú tampoco

En verano solemos hacer más ejercicio; pasear un poco por aquí, nadar otro poco por allá, bajar al buffet libre, sudar como un cerdo en época de celo… No preocuparse, porque ahora lo que está de moda no es el gimnasio ni el running del demonio; ahora lo que lo peta es caminar por las aceras. Justo lo que llevo yo años haciendo y sin saber que estaba creando tendencia. Voy a un centro comercial, ¿no?, pues voy en autobús y vuelvo andando. Eso lo puedo hacer porque nunca compro nada. Y porque los centros comerciales siempre están lejos. Muy lejos

Estos de las revistas dicen que en verano comemos mejor; más fruta, más verdura, menos mierdas… Claro, claro. Yo me voy a Galicia en cuatro trenes para comer brócoli y melocotones. Sí. ¿Y lo de que la playa despierta el apetito sólo me pasa a mí? Y en los hoteles ya se sabe, pagas una pasta gansa al día para comer una ensalada con maíz, pechuga a la plancha y una rodaja de piña. Y al salir del desayuno les sisas un plátano en lugar de un bocadillo churretoso de bacon sólo porque es más sano. Venga

La actitud. En vacaciones nos comemos el mundo. A la vuelta el mundo nos come. Y eso será así por los siglos de los siglos. O por lo menos a partir de octubre
 



2 comentarios:

  1. Yo casi no me entero de las vacaciones. Cuando me voy "despresurizando"me toca volver, así que experimento poco de todo eso. Pero vamos, coges una revista de hace diez años, y lees lo mismo.

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