De
la serie “Cómo convertir… “ (no la busquéis, porque empieza y termina hoy), hoy
os ofrezco el capítulo “Cómo convertir una fiesta Frozen en un árbol de Navidad”.
Por
una de esas cosas que tiene la vida, tu sobrina cumple 9 años, y te dice que,
como a ti te gusta tanto preparar fiestas, pues a lo mejor, si tú quieres, pues
que podrías preparar una fiesta sorpresa para su cumple. Tú le dices que pa ná.
Pero como eres una blanda, en tres días ideas una de tus fiestas súper low
cost, te recorres once chinos, dos partyfiesta, tres supermercados y una casa
buscando qué puedes reciclar de anteriores celebraciones. Y este es el
resultado
Al
cabo de unos días, llega el momento de poner el árbol de Navidad. Cada año me
gusta hacer algo diferente, pero ya no tengo espacio en cajones y armarios para
más adornos. Vaya, los restos de la fiesta Frozen
llevan ahí diez días. Miro el árbol. Miro los copos de nieve. Árbol. Copos de
nieve. Adjudicado. Añades otros adornos que ya tenías, los troncos de la fiesta de otoño, les espolvoreas por encima la nieve y queda tal que así
Y
un plus. Las dos flores gigantes, junto con otras dieciséis, sirvieron de
centros de mesa de la comida de Navidad de la Fundación Amics de la Gent Major,
de la que soy orgullosa voluntaria
¡Qué chulo todo! Y barato a más no poder. ¡Viva el reciclaje con imaginación! Y qué pena que en la foto del cumple de Frozen no salga la cara de tu sobrina al verlo
ResponderEliminar¡Muchas gracias! :) La pobre no reaccionaba; abría la boca, se abrazaba a mí, volvía a quedarse sin palabras, se volvía a abrazar y sólo (¡sólo!) le salió un "gracias"
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