Los
niños son los mejores maestros en el arte de vivir el presente. Están aquí y
ahora. Disfrutan el momento. No les pesa el pasado. No les preocupa el futuro.
Eso es lo que perdemos al hacernos adultos. Y es una mierda.
Nos
agobia el tiempo. El tiempo. El que ya no podemos recuperar, el que no somos
capaces de aprovechar y el que nos asusta por desconocido. Y, a veces, nos
agobia tanto que nos paraliza. Y mientras estamos parados, el tiempo pasa. Y es
difícil reengancharse a ese tiempo que no nos espera.
Quizá,
si volviera a ser un niño. Si volviera a preocuparme sólo de vivir el ahora.
Como si el pasado no existiera. Como si el futuro fuera sólo el ahora de
mañana. Quizá, así, sí.
Pero
ya es demasiado tarde. El tiempo, otra vez
Buena reflexión. Dejar de ser niño es lo más duro que le sucede al ser humano durante su vida, la parte buena es que no se da cuenta hasta mucho más tarde, la parte mala es que cuando se da cuenta, ya es demasiado tarde para hacer algo.
ResponderEliminarBuena reflexión ;)
EliminarLo malo es que sólo apreciamos la niñez cuando somos mayores. Mientras somos niños pensamos en hacernos mayores cuanto antes.
ResponderEliminarNo sé, yo nunca he querido hacerme mayor. Puede que ahí esté parte de mi problema ;)
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