Mucha
gente piensa que para todo hay un momento. Que la playa es para el verano, dicen,
y, por supuesto, noviembre no es época de bañarse en el mar. Que noviembre
tampoco es mes de Primeras Comuniones, que toca hacerlas en mayo. Que ahora no
es momento de viajar al extranjero. Que ya es momento de lanzarse a la
compulsiva compra navideña. Que a mi edad se me han pasado todos los arroces,
aunque yo estoy segura de que le acabaré encontrando el punto. Y luego
se lo van a tragar.
Y
que yo ya hice mi Primera Comunión a los ocho años, y que ni la puedo repetir,
ni pedir la nulidad. Que no cuela, vamos. Vale, en eso estoy de acuerdo.
Pero
es que yo tengo un trauma con mis regalos de Comunión. Que fueron un cagarro,
básicamente. Porque donde no hay un regalo que lleve pilas y/o haya que
enchufar, no hay ná. Y allí no había ná. Ya os conté una vez que el regalo que
más ilusión me hizo fue un estuche de dos pisos. No os digo más. Y no creáis
que tomé la Comunión en la posguerra, y un jamón. Que mis hermanos son mayores
que yo y tuvo cada uno su cámara de fotos, coñe.
A
ver, si los regalos no estaban mal, yo los agradezco todos. Y aún conservo la
mayoría. Escondidos, pero los conservo. El problema está en los que no me
hicieron. Y, encima, si nos ponemos a comparar esto
o esto
con esto
o esto
entenderéis que ahora corren mejores tiempos para celebrar la Primera Comunión. Oye,
que no pasa nada por ser materialista una vez al año, o dos. Otra cosa para la
que parece haber un momento.
Así
que, adiós, noviembre. Gracias por no haber sido previsible. Por haberte
rebelado. Gracias por haber robado momentos a otras épocas. Has escalado puestos en el ránking de meses del año. Hasta
dentro de once meses. Menos dieciocho minutos
ja, ja, ja, ... eran otros tiempos (también es una frase socorrida, lo reconozco). Con pilas o enchufe, que yo recuerde, sólo me regalaron la cámara de fotos. Ahora lo difícil es regalar algo que no se recargue o no se conecte. Pero los regalos de la Primera Comunión se guardan con mucho cariño, más que los de boda te diría, porque te traen recuerdos de infancia, de sorpresa, de ilusión...Y eso no cambia ni en 1983 ni en 2015, ni en mayo ni en noviembre.
ResponderEliminar1983 dice, si yo no había nacido...
EliminarJajaja. Muy bueno!! He de decirte q yontuve un solo regalo de comunión ("como es caro uno entre toda la familia") y fue un tocadiscos, que era de fabricación casera (los hacía un señor) y q al igual q se hacía se deshacía, asi q yo no conservo ningún (mi único) regalo de comunion ;-) Un beso
ResponderEliminarGracias, Ánonimo (guiño, guiño, guiño)! Pues no es por nada, pero después de lo tuyo ya se me ha ido un poco el trauma. Y para ser entre toda la familia, ya se podían haber estirado y regalarte uno del Corte Inglés. Aunque si no conservas ningún regalo, eso que te llevas :)
EliminarYo también conservo regalos de mi primera comunión, pero es verdad que son otros tiempos. entonces una muñeca, un album de fotos, etc...
ResponderEliminarHoy en día algo electrónico y como te descuides te piden hasta un móvil!!!
Mira, ya que no me regalaron la cámara, tuvieron el detalle de no regalarme tampoco un álbum. Creo que ya me voy consolando
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