Vistas de página en total

miércoles, 11 de septiembre de 2013

ALMA, CORAZÓN Y VIDA



El motivo por el que no he podido escribir el blog estos días es que tenía estropeado el ordenador. El motivo por el que, además, no he sido capaz de escribir el blog, es que tengo estropeado algo menos tangible.

Cuando se muere una persona a quien queremos, algo se rompe. Tu inocencia, tu presente, tu futuro, tu infancia o tu alma. O todo a la vez. Cuando quien se muere es más joven que tú, además se te rompen los esquemas. Y cuando ese alguien es tu hermano, se van con él parte de tus raíces.

Mi madre ya no tiene a todos sus hermanos. Ya no tiene todo aquello que la unía a sus padres de una manera que va más allá de unos sentimientos inquebrantables. Falta uno de su misma sangre, y los recuerdos parecen hoy más lejanos. Un bautizo celebrado con brazos de gitano de Matías, un monedero regalado sólo con la intención, correr a comprarles algo a los pequeños en cuanto tenías unas pesetas, aquellas llamadas desde el extranjero, saber que te quieren, tantas horas en la carretera, y también de convivencia. Los recuerdos cobran vida mientras la realidad habla de muerte. Y también de esperanza. Porque muchos sabemos que esto no es el fin.

Tío, te mereces el mejor de los descansos en la mejor de las compañías. Y tienes que tenerlo. Lo tienes. Nuestras almas partidas lo saben


4 comentarios:

  1. Con unos me haces reír, y con otros, como éste, llorar. Se queda mucho por decir y por hacer. A ver si, al menos, nos sirve para aprender.

    ResponderEliminar
  2. Todos los buenos se reúnen allá arriba. Yo lo sé. Y yo lo digo porque es así. :)
    Beso!.

    ResponderEliminar