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jueves, 4 de julio de 2013

COMO PICADURA DE TÁBANO



Ayer ya me fue imposible escribir una sola letra, porque salí del oculista viendo menos que Pepe Leches. Yo la calle la veía, tampoco era en plan ay que me empotro contra una farola. Pero me metí en una zapatería y, oye, que no veía ni un precio. Tó borroso, tó borroso. En otra tienda fui a pagar y, como las monedas por mí podían haber sido de chocolate, le solté un billete a la dependienta mientras le confesaba que no veía un pimiento. La chica fue honrada, eso sí, que yo, aunque no lo veía, sabía muy bien que le estaba dando un billete de 20. Resumiendo, sólo os digo que me metí en la cama a las nueve y media, porque, sin ordenador, ni tele, ni libros, mi vida no tiene sentido.

Hoy me he levantado con los cinco sentidos a pleno funcionamiento (gracias, Diosito), y el sexto (ese que hace que ciertas cosas te molesten hasta el punto de irritarte) a todo gas. A ver si no:

Los de las ONGs que te abordan en la calle para venderte su moto. O la moto del jefazo, más bien. Te dan los buenos días, te preguntan qué tal la mañana (vamos, una sarta de preguntas mamporreras), y luego que si les puedes atender un momento. Yo, de verdad que lo siento, porque es su trabajo y tal y cual, pero es que no los aguanto. Yo he llegado a ir por otro camino para no encontrármelos…, ¡pero es que están en todas partes! Tengo pesadillas con ese chaleco. Verde, rojo, azul, me da igual; los odio todos. Me irritan

Las tomaduras de pelo. Como esta: horario de invierno: de 8.30 a 14.00 y de 15.30 a 18.30. Horario de verano: de 8.00 a 14.00 y de 15.00 a 17.30. ¿Me has visto cara de tonto? Gilipollas… (dicho con el tono en el que lo diría el chino vasco de Corina). Me irritan


La gente que habla mal. En concreto, los que no saben usar el “que” y el “de que”. Son tan cenutrios, que por miedo a quedar mal diciendo cosas como “Me ha dicho de que no va a venir”, o “Pienso de que hoy va a llover”, por lo que pueda pasar prescinden del “de” por sistema. Así, les salen maravillas del léxico como “Me alegro que vengas”, “Estoy seguro que sí”, “Me acuerdo que siempre me lo decías” o “Me he dado cuenta que soy mongolo”. Me irritan mogollón

1 comentario:

  1. ¡ Qué pesados!
    Cuando los veo venir sonriendo, les miro, les doy los buenos días y me voy.
    No sé si sacaran algo de alguien, pero lo dudo.

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