Ayer
por primera vez me fallaron mis calcetines de la suerte. Unos rojos con la
bandera de España. Porque, por si no lo sabíais, la selección ganó el Mundial y
la última Eurocopa porque yo me puse esos calcetines en cada partido. Y en
pleno verano, que tiene más mérito. Pero la realidad es que España jugó mal,
Brasil muy bien, y ni con un par de calcetines en los pies de cada españolito
hubiéramos ganado el partido.
Esto
del fútbol tiene su aquel. Yo soy del Albacete, pero como me da muchos
disgustos, y sus partidos no los retransmiten, sólo veo los partidos de la
selección. Yo es que he salido muy patriótica, no sé por qué. No es que en mi
casa no lo sean, pero es que yo me pongo de pie cuando suena el himno, lleno la
sala de banderas de España, me las pinto en la cara y en los brazos, y me visto
de rojo y amarillo. Un poco locatis también, pero sobre todo española a mucha
honra.
Cada
vez que gana la selección un partido importante, y yo me pongo a gritar, a
saltar y, a veces, a llorar, y sale en la tele todo el mundo feliz, por las
calles, celebrando el triunfo, mi madre siempre dice lo mismo: “El que no tenga
para cenar, se va a su casa sin cenar”. Ella ve muy injusto que los jugadores no
ayuden económicamente a sus aficionados que no tienen pa comer, y se lo gasten
en hoteles en las Maldivas. Habrase visto… Lo que mi madre no entiende es que
ese momento de alegría hace que se nos olviden todos nuestros problemas. Y que
si las penas, con pan, son menos, las alegrías, sin pan, no son menos. O más. O
igual pero casi. ¿Me explico?
Yo
ayer esperaba una alegría que no nos dieron. Salvando las distancias porque no
sé ni lo que es la Copa Confederaciones,
tenía ganas de volver a experimentar el gozo de ganar. Tenía ganas de volver a
vivir a lo bestia el orgullo de ser española. Y me hubiera lanzado a la calle
con mi bandera XXL. Porque ese orgullo es mucho más grande cuando se comparte. Entre
personas que opinan igual siempre se establece una especie de conexión. Pero cuando
miles de personas se lanzan a la calle por un mismo motivo, y ese motivo es que
la selección de tu país ha ganado a todas las demás, ya no se trata de opinar
igual; se trata de sentir igual. Y cuando pongan el Banco de Sentimientos al
lado del de Alimentos, ya veremos en cuál hay más cola
Muy chula la entrada de hoy. Te ha quedado redonda, está de artículo de opinión en el periódico. Y, además, es cierto.
ResponderEliminarQué guay lo que me dices. Agradecida
EliminarChica! empieza a preocuparme este encantamiento mío con tu blog. :D Muuuuaka!.
ResponderEliminarVaya, Mery, lo que a tí te preocupa, a mí me emociona. Algo tiene que fallar aquí...
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