Hace
unos días mi prima Belén decía en facebook que no tenía ningún espíritu
navideño (bendito facebook, que permite que nos enteremos de la vida de nuestra
familia). Yo no sé qué es exactamente eso del espíritu navideño; me suena a
peli norteamericana de sobremesa. Pero, sea lo que sea, estoy segura de que no
lo tengo.
Para
mí la Navidad
es lo que es; o sea, la celebración del nacimiento de Cristo. Y en toda
celebración hay alegría, reunión, regalos, comida e ilusión. Entonces, si no
hay ganas de celebrar, supongo que no hay espíritu navideño, ¿no? Pues no. No
hay.
Poner
el Belén. El árbol. Adornar la casa. Comprar regalos. Pensar en el menú de
Nochebuena. Hacer planes. Si se hace por obligación, o porque “toca”, ¿qué
sentido tiene? Nada de eso debería hacerse de forma mecánica. Nada de eso debería
hacerse sin ilusión. No debería, pero a veces se hace. Yo espero, que mientras lo
voy haciendo, ese espíritu me venga del cielo. Y me comprometo a dar con el
mazo, aún a riesgo de que alguien acabe estrellándomelo en la cabeza
Lo del "espíritu navideño" es un invento americano para diluir el verdadero sentido de la Navidad, que es celebrar el nacimiento de Jesús. Vamos a ser políticamente incorrectos ya de una vez, que con tanto Papá Noël, tanto árbol y tantas luces pero sin Belén, nos comen el terreno. Hoy me he levantado combativa.
ResponderEliminarY digo más: ¡Muerte a Papá Noeeel! ¡Muerte al muérdagoooo!
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