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sábado, 15 de diciembre de 2012

AQUÍ SE APROVECHA TODO




Cuando yo era pequeña, adornábamos el árbol de Navidad con espumillón y bolas cada una de su padre y de su madre. También teníamos adornos como campanitas, botas y cosas así. A cada cual más hortera y con más purpurina. Pero qué queréis, era lo que se llevaba en los años 80 (y 70, vaaale. Pero más 80, que conste). El caso es que lo que entonces era chulo ahora me parece un horror (como pasa con tantas y tantas cosas, por otra parte). Aún guardo aquellos adornos, los que han aguantado el paso de tiempo, claro, pero antes me pondría extensiones en la pelambre que volverlos a colgar del árbol (es mentira, antes los colgaría del árbol y de las orejas, si fuera necesario). Abreviando, que desde que he adquirido cierto sentido de la estética, he adornado el árbol a la manera, digamos, adulta. El caso es que, como de vez en cuando me gusta cambiar la decoración, casi cada año tengo un montón de adornos que no tienen sitio en el abeto. 

Si os da penita que se queden en un cajón y/o armario muertitos de asco, con lo bonitos que son también, podéis colgarlos de una lámpara de techo tal que así. Por cierto, aparece algo parecido en el especial de Navidad de la Telva de diciembre, pero a mi se me ocurrió antes


Ahora, si tenéis una casa moderna y no tenéis lámparas en las que se pueda colgar nada, pues oye, si vosotras/os o vuestros parientos o parientas sois apañados, podéis colgarlos de techo de una manera que yo desconozco, pero que sé que existe. ¿Es que os lo tengo que decir todo? Buscad en google

Otra manera de aprovechar los adornos es colgándolos de una guirnalda de luces. Necesitáis mucha paciencia, pero queda mono, ¿no?

Sí, ya sé que necesito un curso de photoshop a la de ya, pero de momento esto es lo que hay. Pues nada, que os aprovechen estos trucos. ¿A quién quiero engañar? Si no me lee nadie...

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