El otro día me compré este cuello color mostaza. En Carrefour. 7 € justitos. Acababa de ver
un en H&M más bonito, la verdad, pero aquello soltaba más pelo que el perro
de mi vecino. A ver quién es el guapo que se sienta en ese sofá llenito de
pelos. A mi me gustan los perros. Incluso me gustan sus pelos, siempre que
vayan pegados a su piel, pero lo que más me fastidia son esos dueños que
piensan que sus perros te tienen que gustar por narices. Oye, que es mi perro,
es uno más de la familia. Sí, pero de tu familia, no de la mía, si quisiera
perro lo tendría. O cuando te viene un perraco de metro y medio babeando a todo
meter y te dice el dueño “Si no hace nada.. “ Joder no hace nada. Y la niña del
exorcista de la casa del terror tampoco pero no la quiero ver a menos de 4 metros. No te jo…roba.
¿De qué estaba hablando yo? Ah, sí, de bufandas de estas redondas. Mmm…, ¿a que
es mona?
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