Esta
es la historia de dos amigos que, en el Londres de 1969, se compraron un león. Lo
típico: vas a Harrods, dices que te pongan un león, y que por favor te elijan
uno bueno. Allá que se fueron a casa con su león en brazos. Cachorro, pero león
al fin y al cabo. Ellos lo tenían donde podían, o donde les dejaban. Se
hicieron muy amiguitos, jugaban al fútbol, daban paseos en coche, el león les
daba abrazos y tenía el detalle de no zampárselos a bocados.
Pero el animal iba
creciendo y la cosa se iba poniendo cada vez más chunga. Por fin, a través de
unos contactos (¡benditos contactos!), se llevaron al león a una reserva en Kenia.
Lo dejaron allí para que hiciera nuevos amiguitos, preferentemente de su misma
especie. Al cabo de un año, los chicos volvieron a visitar a su amigo felino,
sin saber si los iba a reconocer o qué. En plan “¿nos reconoces, nos comes o ke
ase?” Y pasó esto (a partir del minuto 1:30 más o menos, pero vedlo entero)
Un
año más tarde, fueron otra vez de visita, pero el león ya llevaba mucho tiempo
haciendo su vida de león y pasó tres pueblos de ellos. Bueno, vale, pueblo y
medio. Desapareció en la sabana o lo que fuera aquello y nunca más se supo.
Los
animales, si les das cariño, te devuelven cariño. Menos los peces, los insectos
en general, y me parece que los cocodrilos. El caso es que eso no pasa muy a
menudo con los humanos, y yo creo que es por la maldita racionalidad. O a lo
mejor es simplemente gilipollez. O por las dos cosas y alguna más. Animalicos…
¡¡¡Qué mono!!!
ResponderEliminarLa amistad también hay que cuidarla, si pasa el tiempo y no la atendemos, nos olvidamos, como el león.
Por supuesto. Poca amistad es si no te importa demasiado
EliminarRaritos los chicos... las imágenes, muy tiernas por parte del león. Y lo de dar cariño, tengo una amiga con una teoría: si tú haces algo bueno por los demás, en algún momento se te devuelve (no necesariamente por la misma persona)
ResponderEliminarPocas veces por la misma persona
EliminarCuanta razón
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