Ayer
intenté ver la entrega de los Goya. Mi intento duró unos 50 segundos debido a
un problema que tengo. Y es que sufro de vergüenza ajena. Muy acusada, además.
Seguí
la ¿gala? a través de un foro, aunque me importaba un pijo qué actor o película
ganase, porque no he visto ninguna. Y si hubiese visto alguna, dudo que me
hubiese gustado, con lo cual, tampoco me importaría un pimiento el que ganara o
no. Lo único que me despierta algo de curiosidad de estos premios son los
modelitos de las asistentes circulantes. Y los de ayer parecían salidos de
Modas Mary. Tampoco les pegaba otra cosa a la mayoría de ellas.
Los
Goya son una parodia de los Oscar. Ni siquiera una copia; una parodia, y bien
mala, porque no tiene ni puñetera gracia. Es un quiero y no puedo porque de
donde no hay no se puede sacar. Y como no son capaces de organizar algo
decente, con números musicales decentes, con un presentador decente y con
participantes en el cotarro que sepan hablar y comportarse correctamente, lo
que hacen es tratar de desviar la atención de sus graves limitaciones y ponerse
a reivindicar, que lo llaman. Es verdad, la entrega de los Goya es la
reivindicación de lo cutre, lo ramplón, lo casposo, lo hortera y lo vulgar. Una
oda a la paletería envuelta en puro aburrimiento. Un grupito de progres perpetrando
un monumento a lo peor de la
España más profunda. Un coñazo, vamos.
Si
se llenan la boca para decir que los Goya (que yo no sé qué pinta Goya aquí,
para empezar) son la gran fiesta del cine español, ¿por qué no hablan del cine
español en sus discursos? ¿Será porque interesa a muy pocos? ¿Porque prefieren
quedar de guays “solidarizándose” con los más desfavorecidos? Vamos a ver,
todos estamos hasta el moño de los políticos, el gobierno, y sus medidas y sus
no medidas cuando tienen que tomarlas; lo que me revienta es que estas perlas sólo
abren sus bocazas cuando no gobiernan sus amigos. Y lo hacen porque saben que
aquí todo está permitido. Vete a los Oscar con la pegatina, valiente. Ah, no,
que lo que hay allí es censura. Ya, será por eso.
Yo,
que, como os he dicho antes, no he visto entera la gala, veo que de lo que menos
se habla hoy es de quién ganó o perdió. Porque la realidad es que no interesa. La
imagen que me queda es la de una panda de ridículos, hipócritas y demagogos
que, aunque lo intenten, no representan a nadie. Aburren al personal. Si
hubieran pedido que se eliminaran las subvenciones al cine y la gala de los
Goya, que sale muy cara, los hubiera aplaudido. Seguro que se podría gastar ese
dinero en cosas más necesarias. Y aún quedaría algo para mantas.
Por
cierto, yo, como el director de Lo
imposible. Rotura fibrilar en el gemelo de la pierna derecha
Comparto todito todo!! Recupérate esa pierna, ahora no tendrás excusa para reposar escribiendo en el blog ;)
ResponderEliminarMuchas gracias, hermoso. Yo soy una bestia parda, para hacer reposo necesito que me amenacen con ponerme los Goya en bucle
EliminarComparto tu opinión,se dedican a criticar ahora que no gobiernan sus amigos, y se solidarizan con los necesitados desde sus vestidos y joyas de lujo.
ResponderEliminarSiento lo de tu pierna,aprovecha para descansar.
Pobrecitos, es que ellos también sufren. ¿Cómo no sentirse identificado con alguien que lleva un vestido de 20.000€? Dentro de unos años saldrán en alguna revista arruinados y viviendo en la calle porque se lo gastaron todo en ayudar a los demás
ResponderEliminarLo mejor es que Bardem and wife no pagan impuestos en España, otros cobran a través de sociedades para ahorrarse impuestos ¡eso se llama solidarizarse! la Verdú es accionista de la clínica privada de la costa del sol donde estuvo Larrañaga y anuncia en la tele a una financiera ¡eso es coherencia! Y el resto vive d subvenciones ¡q renuncien a ellas para los desahuciados!
ResponderEliminarSon los defensores de los oprimidos. Que se quiten el Zorro y Robin Hood, que llegan los súperactorcetes al rescate
ResponderEliminarmenuda hipocresía, vaya panda, da rabia, yo sólo vi un trcito y aluciné....
ResponderEliminarA ver si llega el día en que reconocen que el 99,9% del cine español es infumable y nos dejan en paz
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