Me
hace gracia cuando algún iluminado dice, a propósito del asunto Urdanga, que el
problema es que una infanta, princesa o similar no puede casarse con un jugador
de balonmano. Claro, claro, es que es bien sabido que todos los infantos, príncipes
y similares son honrados, y los que no lo somos, unos ladrones en potencia. Anda,
venga, con ese cuento a otra parte.
Para
empezar, el rollo de nobles y plebeyos ya huele. En el siglo XXI, y con todo lo
que presumimos de haber avanzado tanto, ¿aún estamos con esa distinción
medieval? Que Felipe se ha casado con una plebeya, dicen. Hombre, yo la definiría
de muchas maneras, menos plebeya. Y eso que “plebeya” me parece bastante
despectivo. Si, además, las monarquías y sus familiones no son ejemplo de nada,
por Dios, que aquí ya nadie se chupa el dedo. Amantes, chanchullos, hijos ilegítimos,
matrimonios con gente chunga, escándalos a tutiplén… Pero si que se casen con
gente con padre y madre trabajadores es lo de menos. Lo único que pedimos los
que tenemos que aguantarlos y sufragarlos es que, de cara a la galería, sean
perfectos. Guapos, bien vestidos y perfectos. Y así a lo mejor nos olvidábamos
un poco de todo lo que hay detrás. Pero ni eso, caray.
Con
lo bien que quedaban en la foto Cristi, el marido y los cuatro hijos, no
demasiado agraciados, pero rubios, que siempre disimula, y hasta eso nos han
quitado. Claro, guapos, es que vuestro padre era jugador de balonmano, y ya se
veía venir. Hombre, yo no conozco a ningún jugador de balonmano, pero me
imagino que los habrá honrados. Como en casi todas partes. El problema no es
que Cristina se haya casado con un jugador de balonmano, no. El problema es que
se casó con una persona que resultó ser un caradura. A este tío se le subió
el pavo aún más y pensó que todo el monte era orégano, y que estaba inmunizado
contra todo por empalmar no sé qué. Y a Cristi no le hubiera ido mejor de
haberse casado con un conde. Porque cada uno elige según las cualidades que valora,
o pasando por alto los defectos que no le parecen tan importantes. Ser conde o
deportista es un añadido. La honradez está al alcance de todos. La tienes o no la tienes. La eliges o no la eliges
de acuerdo totalmente
ResponderEliminarPues muchas gracias, porque me había quedado una entrada muy molona y apenas he tenido visitas
ResponderEliminarPues sí molona de verdad. Discrepo, los dos niños medianos si son monos. Urdangarín es un tontaco, como dirían en La Mancha, y ella tampoco parece muy lista. Y,efectivamente, el problema no es casarse con un 'plebeyo' sino con un deshonrat, que dirían en alberique.
ResponderEliminarTú míralos bien, que son feos. Cuánto sabio hay en la Mancha y Alberique...
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