CARNE DE REVISTA

Todos los meses cae por mi casa alguna revista de moda y belleza. Pero hay cosas que hacen que cada vez me produzcan más rechazo. Cosas como estas:

Cuando pretenden darnos trucos sobre cómo combinar la ropa para parecer más delgadas, ponen como ejemplo fotos de gente como Miranda Kerr o Emma Stone. O sea, modelos, actrices, it girls o celebrities en general súper delgadas. Tú ponme a Adele y ya te diré yo si adelgaza o no.

Cuando dicen, por ejemplo, “hemos invitado a tres de nuestras lectoras a un día de shopping y maquillaje, bla bla bla”, resulta que, vaya, hombre, esas tres lectoras son tres pijas pijísimas del barrio de Salamanca de Madrid o su equivalente de otras ciudades, con medidas de modelo, pelo por la cintura y miles de euros encima en ropa y complementos. A ver, que estas chavalas no necesitan que las invitéis a nada. Elegid a otras que necesiten un buen avío y que no tengan tantas oportunidades de andar caneadas por ahí. Haced una labor social, leche.

Una foto de una modelo. Te dicen que en la cara lleva una bb cream. Es posible, pero también dos kilos y medio de photoshop. Una engañifa. Para muchas no cuela, pero otras se lo tragan y van raudas a comprar la crema de turno. Y se frustran porque su jeto no tiene nada que ver con el de la foto. Entonces, otro día, se vuelven a dejar engañar, y se frustran aún más. Y, tras unos cuantos engaños y otras tantas frustraciones, se encuentran con un montón de productos absurdos en el baño y la cuenta a cero. Y no exagero, de verdad existen esas que se compran todo lo que ven anunciado, y que prueban todo lo que sale nuevo. No las juzgo. Todas en algún momento somos carne de revista