ASCO CELEBRITIES

Mi hermana hoy se ha destapado como una maruja de cuidado, y me ha convertido en su cómplice. Me temo que lo próximo sea hacer guardia en la puerta de un hospital para poder plantarle dos besos a la Letizia. Lo veo venir.

Mientras tanto, que sepáis que hoy se casaba la hija del de Porcelanosa. Sí, esa que sale en los reportajes del Hola con la Preysler y el orejas de Inglaterra. Menos mal que mi hermana es maruja de nivel medio, y no me ha obligado a acompañarla a Villarreal, que era donde se casaba la susodicha. En cambio, nos hemos ido a la Ciudad de las Artes y las Ciencias (en Valencia, sí) a la caza de la celebrity. Y nos hemos venido con las manos vacías y ni una foto que llevarnos al ojo.

Allí hacían el convite (palabra horrible donde las haya), y os voy a contar lo que he visto:

El sitio donde iban a cenar, con sus mesas blancas, sus sillas blancas y sus árboles en los que fácilmente podría vivir toda una familia de monos

El lugar del cóctel. Al aire libre, con lámparas voladoras y unos tíos cortando jamón (pocos jamones se veían allí). Los invitados que se retrasaron un poco andaban rebuscando cachos de queso por las barras, lo ví todo muy pobretón. Claro que, un cóctel de dos horas y media es difícil de pasar con nota

A Jesús Mariñas con su cara de amargado. A Brequette, una que participó en La Voz el año pasado, que se encargó de amenizar el cóctel. Con la pasta que tienen los porcelanosos, se podían haber estirado un poquito más…, al menos Rosarillo. A mogollón de invitados, que pasaban, pasaban, y pasaban, pero seguía sin conocerlos ni la madre que los parió

Y esto es lo que no he visto:

A la Preysler, Tamara, Ana y Julai José. ¿Por dónde entrasteis, por dónde?

A Cayetano Rivera, Andrés Velencoso, Amaia Salamanca con el novio, Carmen Tello con el otro, a Carlos Baute con su melena y su Barbie. Ni siquiera pude ver a los novios

Pero a quién más sentí no ver fue a estos

Porque yo llegué allí muy digna, ¿yo andar corriendo de arriba abajo para ver a cuatro mataos? Pa ná. Pero el mundo de la caza del famoso se te mete por las venas y ya no puedes parar. A partir de ahora, yo, sucesora de Mocito Feliz