¿Qué
haríais si os dieran la oportunidad de volver a vivir el día de hoy?
¿Repetiríais todo lo que habéis hecho? ¿Todo lo que habéis dicho? ¿Dejaríais de
hacer las mismas cosas? ¿Os callaríais las mismas cosas? ¿Viviríais el 22 de
octubre de 2013 exactamente de la misma manera?
Si
la respuesta es no, ¿por qué no vivís el día de mañana como si fuera la segunda
vez? Como si ya lo hubierais vivido y os dejaran vivirlo otra vez. Obviamente,
lo único que podríais “rectificar” son vuestros actos y vuestros
comportamientos (que, por otra parte, condicionan casi todo lo que nos pasa).
¿Creéis que eso sería suficiente para que el “segundo” 23 de octubre de 2013
fuera mejor?
De
esto va la peli Una cuestión de tiempo.
Lo que pasa es que es precisamente eso: ficción. Y, a toro pasado, es muy fácil
darnos cuenta de nuestros fallos. Por qué no aproveché mejor el momento, por
qué tuve que decir esa gilipollez, por qué no estudié más, por qué no me
enfrenté a esa persona que me humilló, por qué no pasé más tiempo hablando con
mis padres, o jugando con mis hijos.
Algunas
cosas no tienen remedio mañana. Otras, sí. Decir te quiero, no comerte un
paquete de gitanitos en tres minutos, dar las gracias, no caminar mirando al
suelo, llamar a esa amiga aunque no tengas ganas porque ella tampoco te llama,
estar de buen humor, votar mi blog, acostarte temprano o pedir perdón.
No
se trata de vivir cada día como si fuera el último; me imagino que, en ese
caso, nadie iría a trabajar, y menudo plan. Se trata de vivir cada día como si
fuera el primero; cuando todo es nuevo y bonito. Cuando estamos llenos de energía
y ganas de aprovechar todo lo que está a nuestro alcance. Cuando todavía nadie
nos ha quitado la ilusión ni las fuerzas.
Mañana
será miércoles, y hoy es martes. Días diferentes. Tiempos diferentes. Y me digo
a mí misma que voy a hacer el experimento. Por estas que lo voy a hacer
A veces, las reacciones son instintivas y no tienen remedio, nin aunque te den otra oportunidad. Pero para las que podemos controlar, es una idea que nos haría más felices a nosotros y a los demás. ¡Así me gusta! Una entrada divertida y otra profunda, alternando. ¡Vaya blog más variado!
ResponderEliminarOstras, y yo creyendo que esta era la divertida
EliminarEsto tiene trampa.
ResponderEliminarA ver, si vivieras la segunda vez recordando la primera, pueda que cambiaras algunas cosas, pero si no te acordaras, seguramente lo harías todo igual.
Tienes parte de razón. Está claro que es una segunda vez fingida, imaginaria, así que hay que echarle eso: mucha imaginación. Todos sabemos más o menos lo que vamos a hacer en el día. Hasta lo que vamos a decir. Si uno está satisfecho con todo eso, perfecto. Si no, toca experimentar
EliminarMe ha encantado esta entrada. Por qué? Pues porque yo puedo decir que lo hago. Que vivo así cada día. Que soy inmensamente feliz y lo demuestro, lo agradezco y lo disfruto. Cada día, cada instante. Caminar mirando a los demás, sonriendo, disfrutando...
ResponderEliminarMuchas gracias, Anónimo. Que sepas que tienes mi total admiración. Sigue así para que otros podamos aprender de tí
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