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sábado, 12 de octubre de 2013

VELAD



A veces te cuentan cosas que no se quedan más de unos segundos en ti. A veces, cosas que te hacen reflexionar. Y otras, las menos, cosas que te hacen reaccionar.

Entre ayer y hoy me he enterado de la muerte por derrame cerebral de dos chicas muy jóvenes. Una, la que todos conocemos. Otra, la de una mujer, con una niña de ocho años y un bebé de once días. Y pienso.

Pienso que nadie debería morir solo. Que nadie debería morir en un hotel, ni en una carretera, ni en un hospital, ni en un piso alquilado para unas vacaciones. Todos deberíamos poder morir en nuestras casas, y que nuestra última mirada fuera para las personas que más queremos.

Y pienso que no hay derecho. Y que, como no haya algo más después de esto, me voy a cabrear de verdad

4 comentarios:

  1. Pues sí. Es tremendo...
    DEP.
    P.d.Tu blog es muy humano, gracias por tus palabras, que me hacen tener esperanza de un mundo mejor, de verdad te lo digo, me alegra que haya personas como tú.
    Fdo. Marta

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    1. Muchas gracias a tí, Marta. Es muy bonito lo que me dices. Yo no sé si este mundo tiene arreglo, pero sí creo que es obligación de la buena gente poner algo de su parte. Sólo con eso, ya mejoran el mundo

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  2. Cierto,,,,,, ahí estamos ;)

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  3. Sí, la vida es muy injusta a veces. Y muy triste. Espero que todo tenga un por qué, aunque no lo entendamos.

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