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viernes, 8 de noviembre de 2013

BODALAND



Hoy he estado en la feria de las bodas. El año pasado iba más motivada, y a todo el que me preguntaba si me casaba, contestaba que sí para que me diera un obsequio. Pero hoy, lo único que me daban por casarme era la brasa y un folleto, y no tenía yo el chichi pa farolillos.

Pero bueno, os traigo unas fotos, para que veáis qué se cuece en el mundo bodil



Estas tartas me parecen una horterada y yo no me atrevería a hincarles el diente, pero me sacan esto en una boda y a los novios les hago la ola mientras doy palmas con las orejas.

Y, aquí, la joya de la corona. Ideal para una despedida de soltero



Para llegar a la iglesia imaginaria (Michael Fassbender, espérame, que yo aún no estoy preparada) estoy dudando entre la furgo de Scooby Doo

 
y la carroza de Cenicienta

  
Aunque, si pudiera, preferiría llegar andando. Así, como quien no quiere la cosa


A donde sí llegué andando fue a Teyoland, “la Ikea valenciana”. Sin albóndigas, que es lo que más me gusta a mí de Ikea. Esta es una tienda que al entrar dices “¿qué mierda es esta?”, pero que a medida que vas avanzando la cosa mejora. Tampoco es que mejore que lo flipas, pero tiene unos pufs muy cómodos y unas buenas escobillas de váter. Con eso, hoy, me conformo


 

4 comentarios:

  1. Si da grimilla morder esas tartas (no podría dejar de pensar en que me estoy metiendo 5.000 calorías y lo equivalente de colesterol), imagínate morder el vestido-tarta. Yo creo que a Michael le molaría más la furgo.

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  2. Creo que las ruedas de la carroza son para hipnotizar a los invitados.

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    Respuestas
    1. Pues sí. Eso, cuando dé vueltas, debe ser como el gato de Alicia

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