Hoy
he ido a un mercadillo. Sí, ya sé que no es nada del otro mundo, pero es un
sitio que no frecuento. Callarse y seguid leyendo, coñe. Como decía, he ido a
un mercadillo, en el que, faltaría más, no he encontrado lo que buscaba, una
funda para el móvil, pero sí que he aprendido cosas sobre el universo
mercadillil. A saber:
Al
mercadillo no se puede ir con prisa. Tienes que ir dispuesta a andar en procesión,
a aguantar estoicamente que las dos señoras que llevas delante en la fila india
se paren a charlar cada quince segundos y a no dejarte ningún puesto por
explorar. Esta es la parte que requiere mayor esfuerzo, porque el mercadillo es
como el Pentágono. Como el chapapote. Como la crisis, que no se ve el final.
Al
mercadillo hay que ir con mentalidad de mercadillo. No se puede ir con cara de
oler mierda, ni con remilgos, ni pensando que no vas a encontrar nada. Hay que
ir con el bolso cerrado y la mente abierta. ¿Que te gritan en la oreja? ¿Y qué
pasa? ¿Que en un puesto sólo venden calcetines y langostinos? Pues mira, qué
curioso. ¿Que una señora te arranca de las manos los zapatos que habías tardado
media hora en encontrar? Bueno, si tampoco me gustaban tanto. Y eso
En
el mercadillo siempre hace calor. Da igual que la temperatura sea de 27 o de 6
grados; en el mercadillo sudas. Gente apretujada, esfuerzo físico, luchas,
levantamiento de peso, algo de cague y, si no vas con mentalidad de mercadillo,
agobio y claustrofobia.
El
mercadillo es un antídoto contra la depresión y la soledad. ¿Sólo tienes 4
euritos en el bolsillo? Pues te agencias unos zapatos y tres bragas. ¿Nadie te
hace caso? Allí, a tu paso, sólo oyes amiga,
bonica, chica, prima, guapa, preciosa, nena… Todos
tratan de reclamar tu atención con el más armonioso de sus gritos y la mejor de
sus sonrisas. Sin dientes, pero es la mejor que tienen, oye.
Hoy
mi experiencia ha sido fallida; iba con prisa, sin la mentalidad adecuada, hacía
mucho, pero mucho calor, y la depresión me entró una vez dentro del mercadillo.
Pero, aquí y ahora me comprometo, a que la próxima vez iré con todo el tiempo
del mundo, modo mercadillo on, en bañador y súper deprimida, sola y arruinada físicamente.
Que no se diga
Lo has clavado, tal cual.Yo, las pocas, poquísimas, veces que voy, me impongo la obligación de salir con algo.
ResponderEliminarYo, la de salir rápido
EliminarYo fui este verano y sólo quería salir de allí. Por supuesto, no compre nada, todo olía raro.
ResponderEliminar¿A langostinos?
EliminarHará cerca de 20 años que no entro en uno. Uf. Uf, Uf.
ResponderEliminarPues hala, brindemos por otros 20
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